El lío con David Alaba que sacude a todo el Real Madrid
Problemas con el austríaco al poco de llegar

David Alaba ya ha sido anunciado y presentado con el Real Madrid, donde, hasta la fecha, ha sido el único fichaje. Florentino Pérez al fin ha conseguido a un galáctico que llevaba muchos años persiguiendo, y que, encima, ha aterrizado a coste cero. Porque han aprovechado el hecho de que su contrato finalizó el pasado 30 de junio para hacerse con sus servicios. De esta manera, estaba llamado a ser el sucesor de Sergio Ramos, que se fue unos días antes, en su caso, rumbo al Paris Saint-Germain de Mauricio Pochettino.
El ex del TSG Hoffenheim y del Bayern de Múnich aterriza con una tremenda experiencia a sus espaldas, y no le pesa la presión. Muestra de ello es que ha aceptado llevar a su espalda el mítico dorsal ‘4’ que en su momento lucieron, además del sevillano, otros como Fernando Hierro o Manolo Sanchís, otros mitos de la entidad. Está llamado a tener un rol clave, y a ser indiscutible, gracias, también, a su polivalencia. Porque no solo aterriza para jugar como central, si no que también se espera que lo haga como lateral zurdo y centrocampista.
Carlo Ancelotti ha podido contar con él en unos pocos entrenamientos, desde que regresó de sus vacaciones, pues participó en la Eurocopa. Aunque ahora, un nuevo contratiempo se ha cruzado en los planes del técnico del cuadro blanco. Porque nuevamente ha habido un positivo en COVID 19 en la plantilla, y ha sido el internacional austríaco. Justo al que menos querían que le ocurriera, pues necesita de un periodo de adaptación.
La afición tenía muchas ganas de verle debutar, por más que fuera en un amistoso, y de disfrutar de su nueva estrella. Pero se tendrá que aplazar el gran día, y no solo eso, si no que, encima, se perderá el estreno de La Liga Santander. Por si eso no fuera poco, a eso hay que sumarle que tampoco podrán disponer de Raphaël Varane, ya vendido al Manchester United, y Eder Militao aún no ha vuelto de sus días libres. La aventura de Alaba en el Santiago Bernabéu no empieza como se esperaba.
Y cuando se incorpore, lo hará sin ritmo competitivo.