El logro de Zidane y el fracaso de Ancelotti y Florentino en el Madrid
Isco sigue trabajando para que en Sevilla se vea la mejor versión que alcanzó junto a ‘Zizou’
Estamos en semana de preparación de la segunda jornada de Liga en España, y desde Sevilla llegan noticias esperanzadoras sobre un posible debut de Isco este viernes en el Sánchez Pizjuán ante el Valladolid. El malagueño sigue generando expectación en el madridismo pese a su salida, ya que nadie olvida el gran estado de forma que alcanzó de la mano de Zidane que le permitió maravillar al Bernabéu y acudir al Mundial de Rusia con España. Fue en ese año 2018 donde el ex del Valencia logró mostrar una brillantez exquisita en su juego, siendo titular en los partidos importantes que al Real Madrid le tocaba afrontar.
Por otra parte, es cierto que en la primera etapa de Ancelotti en el conjunto blanco, con Zidane de segundo entrenador, Isco gozó de bastantes oportunidades, pero la realidad es que tras el regreso del italiano al banquillo merengue el malagueño ha acumulado en sus dos últimas las peores temporadas de su carrera en Primera División. Campañas donde menos minutos ha disputado de todas en las que ha participado y donde ha desaparecido por completo de la selección en víspera de una cita tan importante como el Mundial de Qatar.
Así mismo, para Florentino también ha terminado suponiendo un fracaso el desenlace de Isco en el Real Madrid, ya que se marchó tras acabar su contrato y sin dejar un solo a las arcas madridistas. Un fichaje que al mandamás blanco le costó nada menos que 30 millones y que se une a los casos de Bale y Jovic como jugadores que han terminado saliendo por la puerta de atrás del club de Chamartín.
Ahora está por ver qué Isco veremos al lado de nuevo de Julen Lopetegui, que le tuvo a sus órdenes durante sus cortas etapas en el Real Madrid y en la selección. Pero, como decíamos, si con alguien mostró su verdadera calidad fue con Zidane, contribuyendo de lleno a la consecución de las Champions en Cardiff y Kiev donde fue titular ante Juventus y Liverpool, respectivamente. Una química entre técnico y jugador que marcó en ese momento su carrera como futbolista en el conjunto blanco.