El madridismo palidece con Hazard: Zidane se la juega ante el Pucela
El técnico del Real Madrid arranca con una apuesta arriesgada
Dos cambios cruciales y determinantes de golpe y porrazo. Las dudas, las críticas, las debilidades mostradas por su equipo en los dos compromisos que lleva hasta la fecha el conjunto blanco en LaLiga han llevado a Zinedine Zidane a precipitar la opción de opciones en esta campaña 20/21, ya que mucho más no puede esperar por introducir la versión 2.0 de su actual Madrid. En él entra en juego un factor que los debe cambiar a todos… o terminar de romper el engranaje.
Seamos claros, con el resto de clubs grandes de Europa habiéndose reforzado en mayor o menor medida con respecto a la temporada pasada (el Bayern de Múnich ha conseguido a Leroy Sané; el Barça vuelve con Coutinho o ha incorporado a Trincao, Pjanic o Dest; el City a Ruben Dias; el Liverpool a Thiago Alcántara, o el Atlético de Madrid a Luis Suárez), y el Madrid tirando de lo que tiene (más Odegaard) en estos momentos, que es menos que de lo que tenía la temporada pasada (Bale, James…), si Eden Hazard no funciona, el Madrid corre el riesgo de colapsar.
Los refuerzos de la pasada campaña, salvo el caso de Ferland Mendy, no han funcionado hasta la fecha y de todos ellos Hazard y Jovic han sido los grandes fiascos. Pero el belga, a diferencia del serbio, llegaba a Madrid con la vitola de crack mundial contrastado, capaz de arrancar aplausos en el Santiago Bernabéu desde el primer momento, y ha sido todo lo contrario. Podría haberse disminuido su impacto negativo en la casa blanca si Rodrygo Goes o el propio Jovic hubieran hecho una temporada excepcional, pero ha sido todo lo contrario.
Así las cosas y con el alta competitivo listo, Zidane no puede esperar más y va a darle minutos ya a su gran crack en el partido de esta noche ante el Real Valladolid, donde espera que pueda tener un debut apacible y sin percances en su tobillo maltrecho. Y en este sentido no hay nadie ligado al Madrid, ya sea aficionado, cuerpo técnico o directivo, que no aguante la respiración cuando ve al belga correr. Preocupa una recaída, otra más; preocupa su capacidad de recuperación, y preocupa, en definitiva, que Hazard no vuelva a ser el del Chelsea. Junto a él también arrancará la otra esperanza, Marco Asensio.