El pecado de Carletto con Odegaard y Kubo es una losa en el fichaje más ilusionante de Florentino
El técnico italiano necesita la aportación de un jugador al que se le añade presión
En el último partido de LaLiga EA Sports del Real Madrid, ante la Real Sociedad ayer (2-1), un exjugador del club blanco, Takefusa Kubo, fue la pesadilla merengue en general y de Fran García en particular; un jugador, el japonés, al que no quiso Carlo Ancelotti y que ahora es clave para Imanol Alguacil en la entidad donostiarra. Como él, Martin Odegaard, otro descarte de Carletto, triunfa en el Arsenal, y como ellos dos hay un jugador jovencísimo que visto lo visto debería ser clave desde el instante inicial, pero al que el eco de estas dos estrellas no le favorece con el técnico italiano.
En Valdebebas, Vinicius Júnior y Arda Güler ya trabajan con vistas a un pronto reingreso al equipo, lo que es una grata noticia en clave de la entidad de Chamartín por las dudas que deja el Madrid en su cita con el gol y con la consolidación de un estilo: no solo el brasileño, sino también el turco se antojan como piezas determinantes. ¿O no? Desde luego el de São Gonçalo lo va a ser, ¿pero también el de Altındağ?. Lo cierto es que debido a que Kubo y Odegaard han demostrado lejos del Bernabéu ser más que válidos, Güler, a pesar de la corta plantilla merengue, tendrá que mirar el fracaso del técnico italiano con estos dos cracks muy de cerca.
Por un lado, si las lesiones vuelven a sacudir al equipo, la aportación de Güler debería ser crucial, pero por otro, pese a la caída de Vinicius o la falta de acierto de Rodrygo Goes, Ancelotti no está dando minutos a Brahim Díaz, lo que hace pensar en un destino parejo para el ex del Fenerbahçe. ¿Será así? De momento, se espera que el jugador esté disponible para el partido de Osasuna o ya el del Sevilla, tras el próximo parón de selecciones.
Bajas y rotaciones con puntillas
Al final, a Carlo Ancelotti con Kubo y Odegaard le sucedió algo similar: no confió en su talento para desbordar las certezas veteranas de su plantilla, y eso mismo está mermando el aporte de Brahim pese a la lesión de Vinicius y el mal momento de Rodrygo Goes, lo que, por ende, hace presagiar problemas para un Güler que fue el fichaje más ilusionante, por sorpresivo, del verano para Florentino Pérez, pero que todavía no ha debutado y al que la sombra de la desconfianza habitual de Carletto en los jóvenes talentosos -como le ocurrió a Kubo y Odegaard; curiosamente, ambos zurdos- le mete presión.