El sucesor de Marcelo en el Real Madrid ya ha firmado su contrato

Marcelo Vieira está obligado a dejar el Real Madrid, aunque, como avanzábamos en Don Balón, no es la idea que tiene en mente el futbolista. De hecho, ha rechazado una oferta procedente del Fenerbahce turco, pues quiere respetar el año de contrato que le queda firmado. Florentino Pérez intentará hasta el final deshacerse de él, y librarse de un salario realmente elevado. Porque no aporta absolutamente nada, y estorba y molesta siempre que juega.

Le reconocen todo lo que ha hecho por el club, que no es poco, pero hace tiempo que se le pasó el arroz, y que debería de haber dado un paso al lado. Eso si, espera que, con el paso del tiempo, se olvide todo lo malo, y prevalezca solo lo bueno, pues también ha tenido momentos de gran éxito. Y, junto a Roberto Carlos, es uno de los mejores laterales zurdos que han pasado por el cuadro blanco en las últimas décadas. Palabras mayores.

Pero, mientras que Carlo Ancelotti le intenta convencer para que haga las maletas, en el Santiago Bernabéu se han apresurado a asegurarse su sucesor. Y es que, si bien ya tienen a Ferland Mendy y a Miguel Gutiérrez, que ha dejado muy buenas sensaciones cuando ha jugado, no se conforman. Por eso también cerraron el fichaje de David Alaba, que puede actuar sin problemas en esa demarcación. Y ahora, han renovado a David de la Víbora, una de las grandes promesas de La Fábrica.

Precisamente, le comparan a Marcelo por su posición, sus cualidades, y también, por su ‘look’. Llegó al Madrid siendo solamente un crío, y ahora es una de las grandes esperanzas, además de haber sido internacional español en categorías inferiores. Esta campaña ha sido el capitán del Juvenil B, aunque también ha jugado varios encuentros con el ‘A’, y se espera que entre en dinámica con el filial, el Castilla. Raúl González Blanco le tiene echado el ojo.

A sus 18 años, había recibido los cantos de sirena de la Premier League y la Bundesliga. Pero se ha asegurado su futuro en el conjunto de su vida y de sus amores.

Tiene un gran porvenir.