El sustituto de Sergio Busquets en el Barça juega en La Liga Santander
Joan Laporta le ha echado el ojo
Joan Laporta no ha querido confirmar el futuro de varios pesos pesados del vestuario del Barça. A pesar de ser ídolos para la afición, y auténticas leyendas del club, jugadores como Gerard Piqué o Jordi Alba no tienen, ni mucho menos, su futuro garantizado. Y ha exigido que, en caso de querer seguir, como es su deseo, deberán de hacer un importante esfuerzo y rebajarse su elevado sueldo. Porque no lo están justificando en absoluto.
Y otro ejemplo claro de ello es Sergio Busquets, que hace tiempo que vienen avisando de que su mejor versión quedó en el pasado. Eso si, a su favor hay que decir que, en esta temporada, ha mejorado considerablemente sus prestaciones, y se ha visto claramente beneficiado por el cambio de esquema de Ronald Koeman. Porque, jugando con tres centrales atrás, y con el todoterreno Frenkie de Jong al lado, además de las ayudas de Pedri González, ha camuflado bastante sus carencias.
No obstante, su futuro no está garantizado, en absoluto. Lo más probable es que se acabe quedando, pues tampoco ha recibido ninguna oferta en firme para marcharse, pero, por lo menos, le buscan un sustituto de garantías. Para ese rol, le trajeron a Miralem Pjanic, que aterrizó como refuerzo de lujo procedente de la Juventus de Turín, pero que ha resultado ser un fracaso estrepitoso. De hecho, ya se habla de su regreso a la Serie A, solo un año después de su aterrizaje.
Y, en caso de concretar su adiós, en el Camp Nou ya tendrían entre ceja y ceja al que quieren que sea su reemplazo. Un honor que recaería directamente en Guido Rodríguez, que ha firmado un curso sensacional en las filas del Real Betis Balompié. Ya sonó en su momento para llegar al combinado culé, cuando todavía pertenecía al América de México, pero fue descartado. Y con Manuel Pellegrini, se ha asentado como uno de los mejores centrocampistas de La Liga Santander.
En el Barça han tanteado su incorporación, pero no sería ni sencilla ni barata. Como mínimo, reclamarían unos 30 millones de euros.
No es poca cosa, eso está claro.