El tiempo da la razón a Zinedine Zidane: este jugador no tiene nivel
El entrenador del Real Madrid no se equivocó
Zinedine Zidane admitió públicamente su error en varias ocasiones, pues reconoció que se equivocó trayendo a Luka Jovic al Real Madrid. Rápidamente, en sus primeras semanas, se percató y se dio cuenta de que el internacional serbio no tenía el nivel necesario para estar en el equipo. Ni siquiera, como suplente, y ayudando a dar descanso a Karim Benzema, entrando como revulsivo. Eso explica su falta de minutos y de oportunidades.
Porque, cuando las tuvo, tampoco las aprovechó, y tan solo fue capaz de anotar un par de goles en el año y medio que duró en La Liga Santander. Lógico, pues, que este pasado mes de enero decidieran poner punto y final a su relación, y aceptaran su marcha, mediante un préstamo. Su destino se encontró en el Eintracht de Frankfurt, donde rindió a su mejor nivel, lo que le valió para colarse en la agenda del cuadro blanco, y también del Barça, en su momento.
El delantero de 23 años fue recibido como un ídolo, y esperaban que, otra vez en su zona de confort, la Bundesliga, demostrara que no se le ha olvidado jugar a futbol. Y no pudo tener un mejor arranque, pues en su re debut marcó dos goles, pese a entrar desde el banquillo, y a la semana siguiente volvió a ver portería. En total, en unos pocos días ya había conseguido más de lo que hizo en los cerca de 18 meses que duró en el Santiago Bernabéu, donde pagaron 60 millones de euros. Casi nada.
Sin embargo, pese a las críticas que recibió ‘Zizou’, pues muchos de nuevo se dejaron engañar por Jovic, que parecía que solo necesitaba minutos y confianza, el técnico se mantuvo firme. Y no tuvo dudas de que lo que ocurriría en un futuro: su efecto se iría diluyendo, y de nuevo volvería a mostrar esa versión fría, apática y triste que lució vistiendo de blanco. Y, efectivamente, así ha sido. De hecho, es que ni siquiera se ha hecho un puesto como titular.
Cierto es que su equipo ocupa una privilegiada cuarta posición, y que por delante tiene a un André Silva que está inconmensurable.
Pero su decadencia no tiene frenos.