En el Clásico, Lewandowski confirma el dato que Joan Laporta no aceptará y acercaría su salida
El delantero polaco no vio puerta de nuevo y ya va más de un mes
Hace ya bastante tiempo que en el entorno del Barça definieron la mitad del mes de abril como el momento más decisivo del año donde el conjunto culé se jugaría la mayor parte de la temporada en apenas tres partidos ante PSG y Real Madrid, definiendo así, sus opciones en Champions y liga.
En este sentido, si hay algo que es fundamental en este tipo de fechas, es la capacidad para ser decisivo en ambas áreas, algo que el equipo de Xavi no fue capaz de hacer, en gran medida, por culpa de la desaparición del gol de un Lewandowski que, pese a hacer un buen partido en París, no ha visto puerta desde el 17 de marzo. Quedándose a cero goles justo cuando su equipo más lo necesitaba.
Fichado para las grandes noches… y decepcionó
La realidad es que el Barça fichó a Robert Lewandowski con la intención de que fuera el faro del equipo en la delantera y se convirtiera, junto a otros cracks más jóvenes, en la gran figura del equipo. Todo esto implicaba que el polaco fuera un jugador absolutamente diferencial en las grandes noches del equipo, donde esperaban que sus goles impulsaran al equipo. Algo que no ha sucedido en esta fase de temporada donde, lejos de marcar goles clave, Lewandowski ha desaparecido de las listas de goleadores.
Ante la decepción por el bajo rendimiento de Lewandowski en las citas claves, Joan Laporta sabe que es inaceptable que un jugador del calibre del polaco y con su sueldo -que irá en aumento a lo largo de las próximas campañas- no aparezca de forma decisiva en partidos como el Clásico o la vuelta ante el PSG. Dos partidos donde un gol suyo lo hubiera cambiado todo.
Con todas las cartas sobre la mesa, a Joan Laporta no le faltarán razones para pensar en posibles soluciones con el futuro de un Robert Lewandowski que, si ya había bajado sustancialmente su rendimiento de forma regular, su desaparición en las noches más grandes ha acabado por generar el caldo de cultivo ideal para que en Barcelona se comience a trabajar en un posible adiós del legendario y discutido, en la ciudad condal, goleador polaco.