Ernesto Valverde pierde el único apoyo que le quedaba. Esta fuera
En Mayo le salvó de la destitución tras la final de Copa pero esta semana hasta él le ha retirado su apoyo. Es cuestión de días
Hasta aquí. Algo así debió pensar el pasado miércoles Leo Messi cuando tras acabar el partido llego a vestuarios, se duchó y se enfrió un poco. De haber entrado en sus pensamientos en pleno partido seguro que la frase sería mucho más dura. Y es que el 10 argentino era de los pocos pesos pesados de la plantilla que hasta la fecha se habían mostrado favorables a la continuidad de Ernesto Valverde como entrenador del Barcelona tras los descalabros de Liverpool y final de copa contra Valencia.
El partido del miércoles no es que fuese especialmente relevante, ni por los puntos en juego, ni por la situación del Barca en la liguilla de la Champions (va primero de grupo y de haber empatado también lo sería), ni por el rival en cuestión, el Slavia de Praga. Sin embargo, todo esto no quiere decir que el Barça no sufriese para lograr tres puntos que se deberían haber logrado con mayor autoridad por tratarse de un rival con bastante menor entidad. En partidos así se observa que el Barça ya no tiene esa fuerza ni ese estilo que le hizó tan distinto al resto de equipos durante la última década.
Además de lo que se pudo ver en el terreno de juego, como fue esa falta de hambre tras el primer gol, esa incapacidad para dominar los tiempos de un partido que estaba encarrilado, para hacerse con el balón e ir durmiendo las ganas y la fuerza del rival, en definitiva, controlar todas las armas para superar al rival y vencer de forma más contundente. Además de esto, está lo que el público no pudo ver pero que si aprecieron varios miembros de la plantilla, como el propio Messi o el guardameta Ter Stegen (una vez más volvió a salvar a su equipo fuera de casa). El alemán ya fuera de los vestuarios lanzó varios mensajes duros y cargados de una fortísima autocrítica que solo el vestuario culé sabe a que y a quienes iban dirigidos.
Lo que está claro es que Valverde se ha quedado sin apoyos y ahora lo único que le pueden salvar son los resultados porque a la mínima que estos se tuerzan no habrá nadie para defenderle y Bartomeu tendrá que tomar la decisión que postergó el pasado mes de Mayo.