Es el futuro de Alemania, Deco cerró al nuevo Havertz y Ter Stegen alucina con la nueva joya culé
El joven alemán está adaptándose al juego culé con el filial
El pasado mercado de verano dejó un fichaje que pasó muy por debajo del radar. Se trata de Noah Darvich, uno de los mayores proyectos de estrella que hay en estos momentos en Alemania y que Deco se encargó de cerrar para el filial blaugrana y posiblemente para el primer equipo culé, donde ya esperan su llegada, dada su tremenda calidad, algo que deberá demostrar primero a Rafa Márquez.
Xavi ya lo conoce y Márquez comienza su apuesta
Los comienzos nunca son fáciles en can Barça, el conjunto blaugrana es muy distinto a todos los demás, especialmente en cuanto al estilo de juego, el cual está incluso por encima del resultado. En este sentido, entender el juego posicional propio del Barcelona, es una tarea que, para nada es sencilla. Es por este motivo por el cual al alemán le está costando entrar en los partidos del Barça Atlètic, donde, pretemporada aparte, solamente ha disputado 18 minutos en total. Una cifra muy corta que contrasta con la confianza depositada en él desde el primer equipo, donde lo ven como un jugador llamado a estar en la élite.
Darvich ya ha entrenado en varias ocasiones con el primer equipo, comenzado a entrar así en la dinámica que busca un Xavi al que, para haberlo llamado a los entrenamientos, seguro que le ha gustado lo visto del talentoso jugador de 16 años.
En Alemania ya están de lo más ilusionados con la que apunta a ser una de las estrellas del futuro de la Maanschaft. En este sentido, Ter Stegen ha querido calmar la ilusión con su compatriota, a la vez que ha depositado muchas esperanzas en él: “Ya ha entrenado con profesionales, así que hablé brevemente con él. Al igual que con Lamine, espero que a Noah se le dé el tiempo que necesita”, ha apuntado el alemán en SPOX.
El germano es un perfil poco habitual en el Barça, un mediapunta alto y talentoso al más puro estilo Kai Havertz, con la diferencia de que Dravich no es capaz de jugar en la delantera como falso nueve como sí lo hace un Havertz que está ya asentado como un crack de la máxima élite.
El simple hecho de poner a Darvich y a Lamine Yamal en el mismo saco dice mucho del potencial que detecta Ter Stegen en su joven compatriota, por el que también ha querido pedir tiempo, ya que, a sus 16 años, todavía tiene mucho que aprender y mejorar.