Es la venganza por Pedri: la joya que el Real Madrid le robó al Barça
Jugada maestra de Florentino Pérez
El Real Madrid aún se muestra tremendamente resentido por perder la subasta con Pedri González. Porque el ex de la UD Las Palmas tuvo ofertas de casi todos los equipos de La Liga Santander, y del resto de Europa, pero se decantó por el Barça, que apenas tuvo que pagar unos cinco millones de euros por sus servicios, si bien la operación puede superar los 20, en función de diversas variables. Allí, bajo las órdenes de Ronald Koeman, ya es titular indiscutible.
Y ha asombrado a todos con su rápida adaptación, su madurez, su inteligencia y sus tremendas cualidades. Apunta a crack mundial, y puede ser uno de los grandes errores en la trayectoria de Florentino Pérez dejarle escapar. Y más, después de que se conociera que el internacional español sub 21, que pronto está llamado a dar el salto a la absoluta de la mano de Luis Enrique, estuvo haciendo las pruebas en Valdebebas cuando solo era cadete, pero fue rechazado.
No obstante, este verano, el combinado dirigido por Zinedine Zidane decidió tomarse la justicia por su mano, y le robó al cuadro culé uno de los mayores talentos que hay a día de hoy en el país. Su nombre es Adam Arvelo, y, al igual que Pedri, también procede de las Islas Canarias. Aunque ya llevaba un tiempo viviendo en la península, pues, a la pronta edad de 12 años, se mudó para jugar en la cantera del Villarreal, donde esperaban retenerle.
Sin embargo, no supo rechazar la propuesta que le planteó el Madrid, que le incorporó para su Cadete A. Y poco ha tardado en ganarse los elogios de su entrenador, y de dejar claro que tiene un potencial tremendo. No solo para llegar a la élite y consolidarse en el primer equipo, si no para convertirse en uno de los mejores del Mundo en su puesto a largo plazo. Este fin de semana, en el derbi contra el Atlético de Madrid, lo dejó claro.
Hizo una gran actuación, y fue el mejor del choque, que acabó con un histórico y escandaloso 11 a cero a favor de los ‘merengues’.
No olviden su nombre.