Fichaje de invierno, ¿el peor fichaje de la historia del Real Madrid?
El jugador firma un contrato cuando nadie creía en él. Es la hora de revindicarse
El mercado de invierno siempre ha traído al Real Madrid regalos envenados. En el recuerdo queda aquel invierno donde Marcelo e Higuaín reforzaron al equipo. Uno es historia viva del club, otro lo fue. Ambos llegaron con la vitola de ser buenos fichajes, pero a la sombra de otra incorporación que llegó ese invierno, Fernando Gago. Aquí está el veneno.
Por cada buena incorporación que ha hecho el Madrid en invierno, han llegado 5 malas. Antonio Cassano, sobrado de calidad y de peso, Julien Faubert, sobrado de peso y de su calidad nunca supimos, el mencionado Gago, Lucas Silva… Es díficil quedarse con el peor de todos.
El caso del brasileño es especial. Llegó como un medio centro de futuro. El Madrid pagó por él 15 millones de euros. Nunca hubo entre el madridismo mucha fe en él. El primer año, no obstante, llegó a disputar partidos con el primer equipo. Pero no dejo ninguna jugada para el recuerdo. Su paso aquel año fue fugaz.
De ahí al Olympique de Marsella donde estuvo cedido. Empezó jugando pero acabó sin tener protagonismo. Al año siguiente el Sporting de Lisboa iba a cerrarlo pero encontró una afección en el corazón del jugador. No firmó y estuvo recuperándose hasta que el Cruzerio le ofreció dos años de contrato. El Madrid le cedió a Brasil donde rindió a buen nivel.
Este verano dijo que se encontraba preparado para volver al Real Madrid. Pero el equipo blanco, con Zidane a la cabeza, no le abrió la puerta de Valdebebas. El jugador estuvo entrenándose en solitario en un gimnasio de Madrid hasta que en agosto firmó la rescisión de su contrato.
Era libre para firmar con quien quisiera. Él quería permanecer en Europa, pero ningún club llegó a concretar ninguna oferta. Finalmente ha encontrado equipo, en Brasil. El Gremio le ha firmado hasta 2024. Se cierra así su capítulo en España y con el Real Madrid. ¿El peor fichaje de la historia del club?
Lucas Silva quiere demostrar, a sus 27 años, que tiene fútbol de sobra para brillar. Su objetivo es estar con Brasil en el Mundial de Qatar. Tiene tiempo para hacerlo.