La foto que retrata a Setién, y le sentencia en el Barça, se hace viral
Divorcio total entre la plantilla y el cuerpo técnico
Quique Setién se jugaba la pasada noche algo más que tres puntos. Lo habíamos contado en Don Balón durante el día de ayer, si el Barcelona no ganaba al Atlético de Madrid el técnico estaría sentenciado. El equipo empató a dos y parece que el futuro del cántabro en el club, salvo giro inesperado de los acontecimientos, es claro para todos. Se irá cuando acabe la temporada y evidenciará el enésimo fracaso de la actual junta directiva, con Bartomeu a la cabeza. Ayer hubo un momento en el partido que se ha hecho viral y que demuestra que los malos resultados del equipo no son casualidad y que la relación entre la plantilla y el cuerpo técnico es nula.
La pausa de hidratación
El Barça, siendo sincero, no hizo ayer un mal partido. Estuvo mejor que contra el Celta de Vigo o el Sevilla, pero enfrente tenía un equipazo como es el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. El equipo colchonero empató por dos veces, ambas desde los 11 metros, y neutralizó las sendas ventajas que había conseguido el equipo de Setién.
La imagen del partido la vimos de nuevo en la pausa de hidratación. Después de la polémica surgida en Vigo cuando Messi pasaba de las indicaciones del segundo de Setién, Eder Sarabia, ayer había mucho interés en cómo respondía el equipo en las pausas. La imagen habla por sí sola y se ha hecho viral. El Barça es un equipo roto.
Podemos ver a todos los jugadores del Atlético de Madrid escuchando a su técnico mientras que en el Barça cada uno va por su lado. Nadie atiende a Setién y Sarabia, que están solos en una esquina viendo la situación con cierto estupor. Es evidente que la plantilla ha perdido la fe en el cuerpo técnico y que ahora mismo solo un milagro, como sería que el Real Madrid encadene cuatro resultados negativos, puede salvar al Barça de perder esta liga.
Los jugadores, con Messi a la cabeza, demuestran una vez más que su fuerza dentro del club es cada vez más grande. La imagen de ayer es otra muestra más del poder de los futbolistas que quisieron escenificar la ruptura total con el entrenador que Bartomeu eligió.