Hazard y Odegaard le dan a Zidane la clave para que siga en el Madrid
La delgada línea que separa al técnico del fracaso y el éxito se corta con facilidad
Hay varias máximas mantenidas a lo largo del tiempo en el mundo del fútbol, la primera es que los buenos jugadores siempre terminan entendiéndose sobre el césped, no es cierto que no puedan jugar juntos. La otra certifica que los grandes clubs suelen ser de ese tamaño porque hacen incorporaciones proporcionales y eso les da más recursos, más pegada, más juego, más calidad. Con ambas premisas, el éxito es más sencillo y el Madrid no es la excepción, de ahí que Eden Hazard y Martin Odegaard tengan la clave de la continuidad de Zidane en el Madrid, ya que empieza a estar discutido.
El belga es por inversión y pasado –blue, claro está, ya que el blanco es muy somero- la estrella del Real Madrid, el hombre llamado a romper las líneas enemigas y enseñar la brecha del ataque a sus compañeros. Aún no lo ha hecho, salvo con pinceladas, pero está en el camino. Es cierto que las lesiones le han lastrado hasta la fecha, la última su positivo por coronavirus, pero también lo es que si Zidane juega todas sus cartas en ataque con Benzema, como es lógico, Hazard y no Vinícius Júnior es su mejor aliado.
Y de la misma manera que el crack de De Rode Duivels debe ser una certeza y un pilar en la faceta ofensiva pero aún no ha hecho en el Madrid nada digno de mención -como decimos, salvo pinceladas-, Martin Odegaard es la otra versión de esta revolución en miniatura, la suya en el centro del campo. Al fin y al cabo, ambos representan la nota deliciosa de la melodía; o lo que es lo mismo: los dos fichajes más importantes del Real Madrid en las dos últimas ventanas veraniegas. Sí, ninguno ha empezado con buen pie, pero por ellos pasa la solución a los problemas del Madrid, que son numerosos.
Hazard aporta movilidad, desborde, dinamismo y asistencias; mientras que el noruego engancha líneas, filtra pases, salva la presión del adversario y es (o debe ser) el mejor aliado de los defensas y los atacantes; sus piernas han de ser la claridad de la medular. Están inéditos juntos, Zidane nunca ha podido disponer de ambos sobre el terreno de juego pero está claro que son (y deben ser) la solución. Odegaard está de vuelta y Hazard, previsiblemente, lo estará tras el parón de selecciones, y por fin Zidane podrá jugar sus dos mejores bazas, las que le pueden librar de perder el puesto. Villarreal dictará sentencia (sábado 21, a las 16.15, hora española): mal lugar para las dudas, por cierto.
