Increíble: Zizou y Koeman lo saben, la destitución asoma en El Clásico

Hace algo más de un mes que arrancó la Liga Santander, cerca de 30 días para el Madrid (tiene un partido menos) y todavía algo menos (tiene otro choque menos que su eterno rival) para el Barça, pero en pleno mes de octubre, blancos y culés ya están en serios apuros por las derrotas inesperadas ante el Cádiz y el Getafe, respectivamente. De hecho, Zinedine Zidane y Ronald Koeman ya saben que con solo un mes de competición, se la juegan en seis días en El Clásico.

En primer lugar ambos deben hacer frente al siempre complicado debut en Champions League justo antes de la gran cita, que en el caso del Madrid además es frente a un conjunto rodado y con un gran plantel; a priori uno mucho más capaz que el Cádiz para hacer daño a los de Zizou, como es el Shakhtar Donetsk. De ahí que la caída ante los andaluces (en casa y con una pésima propuesta) sea un varapalo tremendo para un cuadro merengue que ya no puede fallar en los dos compromisos que le vienen, y ambos son de extrema dificultad.

Que el Madrid en cinco partidos haya hecho solo 6 goles (ya es un mal endémico arrastrado durante las 3 últimas temporadas), le hayan metido tres y ya haya perdido un partido y empatado otro, no es tan negativo como las sensaciones sobre el césped, que son nefastas desde que arrancara la temporada. Las dudas del Barça, por su parte, han surgido de pronto con el empate ante el Sevilla y la caída en el Alfonso Pérez, siendo especialmente grave este bache por venir el club azulgrana de donde viene: el desastre absoluto en la pasada campaña.

Así las cosas, las urgencias llaman a Koeman y Zidane y, sea por el destino o la ironía del azar, ambos están destinados a probarse y tumbar al contrario en menos de siete días. Uno de los dos (o sendos equipos, si empatan en El Clásico) acumulará una racha negativa en Liga que le distanciara del liderato: en el Barça sería el tercer tropiezo consecutivo; en el Madrid su segunda derrota en dos partidos. Y las sensaciones de ambos conjuntos todavía ponen más presión sobre ambos entrenadores, que juegan sin margen y con la confrontación directa en el horizonte más cercano. El Barça cuenta con un debut más plácido en Champions, pero la pasada temporada pesa demasiado por lo que ni Koeman ni Zidane podrán ver asegurado su puesto si hay debacle por una u otra parte en el Barça-Madrid: octubre puede dictar sentencia.