Koeman se entera: una pieza del Madrid se maldice de no ir al Barça
Allí podría ser mucho más importante
Ferland Mendy sonó en su día para reforzar a Barça y Real Madrid, cuando todavía era jugador del Olympique de Lyon. Estuvo en la agenda de varios clubes importantes, pero al final se decantó por irse junto a Zinedine Zidane, uno de sus ídolos de la infancia. Porque tampoco había muchos clubes dispuestos a pagar los cerca de 50 millones de euros que costaba su libertad, hace ya dos años. Y el resto de la historia, ya la conocemos todos.
Florentino Pérez hizo una apuesta importante, que ha dado sus frutos, a medias. En el cuadro blanco se ha consolidado como titular indiscutible, pero es que tampoco había competencia, ya que Marcelo Vieira está lejos de su mejor nivel. Y el galo ha dejado buen sabor de boca, pues defensivamente es una roca, y uno de los mejores del planeta en su puesto. El problema llega cuando tiene que incorporarse al ataque, y pasar a labores ofensivas.
Ahí es donde se le ven las costuras, y se le notan sus carencias. Para ser intocable en el Santiago Bernabéu, piden mucho más de lo que ha ofrecido, y la irrupción del joven Miguel Gutiérrez amenaza su estabilidad. Además, también ha llegado David Alaba, procedente del Bayern de Múnich, que puede jugar allí sin problemas. Y no conforme con eso, Carlo Ancelotti también ha pedido otro lateral zurdo. El futuro del internacional francés corre peligro, por lo tanto.
Sobretodo, después de la dimisión de ‘Zizou’, su gran valedor. En un principio, han querido tranquilizarle, y le han prometido que sigue teniendo hueco en la plantilla. Pero a Mendy le ha entrado el miedo, y ha dejado claro que no quiere ser suplente, ni tener un rol completamente secundario. Por ese motivo, ha comenzado a plantearse si tomó una buena decisión, viendo que en el Camp Nou podría ser mucho más importante. Porque Joan Laporta se quiere cargar a Jordi Alba…
Y el Barça hubiera acertado con la contratación del canterano del Paris Saint-Germain, pues fueron a por Junior Firpo, que ha sido un fracaso. Pero ahora ya es demasiado tarde.
Lamentarse no sirve de nada.