La bomba contra Messi que le saca del Barça: “me voy, vente conmigo”

La junta directiva y la nueva secretaría técnica del FC Barcelona, con Ronald Koeman a la cabeza, han querido marcar territorio en el vestuario y lanzar un dardo envenenado (en forma de lista pública de jugadores transferibles) precisamente a todos aquellos jugadores y pesos pesados de la plantilla que no son Leo Messi pero que le son muy cercanos, para lograr dos cosas: forzar la salida de todos ellos y aislar al crack de Rosario de sus puntos fuertes en el grupo, dejando su fuerza a merced de los mandamás. Sin embargo esta estrategia, interesada y precipitada, puede salirles caro con el argentino.

En primer lugar porque la idea que tiene ahora mismo el 10 del Barça de Josep Maria Bartomeu y su séquito, así como de Ronald Koeman sin que este haya siquiera pisado el Camp Nou, es de ser absolutamente prescindibles para que la maquinaria del Barça vuelva a florecer. De hecho, Messi siente que solo hay solución a la actual situación con una renovación desde la cúpula y hasta abajo, de ahí que este paso en falso del presidente pueda ser la gota que colma el vaso de su paciencia.

El Barça se aferra a la renovación automática de su máxima estrella, el sudamericano, como aval de continuidad para la masa social azulgrana, pero Messi tiene fórmulas para salir del club. Y si tenía dudas acerca de su continuidad, la afrenta realizada ayer por el club a su gran amigo Luis Suárez (uno de los señalados), que está sumamente dolido con la publicación de su nombre como vendible, le da las alas que necesita para poner pies en polvorosa.

La bomba está activada de manos del jugador uruguayo y quiere aplastar con su onda expansiva al máximo de activos del club, incluido su gran valor, Messi. Suárez está harto de estar en el ojo del huracán, de ser señalado y ahora de ser vilipendiado, por lo que le ha dicho a Messi que se va y que le quiere a su lado en su próximo destino. Y ahí está la maniobra, ofrecerse a Inter de Milan o Paris Saint-Germain (también incluso al Manchester City) para activar una doble arma de demolición en Can Barça: el 9 y el 10, fuera. Dicho lo cual, solo queda preguntarse, ¿puede el Barça retener a Messi contra su voluntad?