La ilusión del Real Madrid, Ancelotti lo proyecta como estrella, pero se harta de ser como Marcelo
El francés se ha consagrado como uno de los mejores, pero comienza a estar descontento en Madrid
Semana de malas noticias en el Santiago Bernabéu con la eliminación de Liga de Campeones a manos del Manchester City de Pep Guardiola. El conjunto blanco, tiene muy pocos motivos para sonreír, ya que la que podría haber sido una gran temporada ha acabado como una de muy mediocre. Además, la derrota no es lo único negativo, sino que hay motivos para preocuparse con la situación de uno de sus mejores jugadores, Eduardo Camavinga, que esta temporada se ha consagrado como uno de los mejores del equipo, pero que comienza a estar harto de ser un parche.
En la fatídica derrota en el Etihad, Carlo Ancelotti volvió a apostar por el once que le dio tan buen resultado contra el Barça y ante el Osasuna en la final de la Copa del Rey. Un plan de partido que incluye a Camavinga como lateral izquierdo, algo que según informa el medio francés L’Équipe, comienza a hartar al futbolista galo, que se siente el mejor mediocentro de la plantilla y quiere volver a esa demarcación.
En las oficinas del Santiago Bernabéu son plenamente conscientes de que Camavinga tiene toda la razón y que su rendimiento ha demostrado que está más que listo para tomar el relevo de Toni Kroos y Luka Modric en la medular blanca. En este sentido, se hace complicado entender los motivos que llevan a Ancelotti a alinear a Kroos como pivote teniendo a un jugador como Camavinga en el equipo, que cuenta con mayor despliegue físico y con una calidad más que suficiente para sacar a su equipo con el balón jugado.
Ante esta situación, en Chamartín saben que deberán comenzar a moverse para satisfacer las justificadas peticiones de un Camavinga que ha demostrado que el futuro del equipo pasa por él, que será el relevo natural de los legendarios Kroos y Modirc. En este sentido, los blancos ya tiene pare del trabajo hecho, con el fichaje de Fran García cerrado y con la inminente salida de un Ferland Mendy, cuyo bajo rendimiento y lesiones han obligado a su compatriota a actuar más de lo que le gustaría como lateral, posición donde hace un buen trabajo pero se ve muy desnaturalizado e infeliz.