La palanca de Laporta y Xavi que no es Neymar y deja seco al Barça: 58M y oscurecerá a Lamine Yamal
El jugador cumple la función de Ousmane Dembélé pero no llega a su nivel de desequilibrio
Fue el gran fichaje de la pasada campaña (el más caro) y lo cierto es que también fue el más discutido por la cantidad enorme de jugadores que tenía el Barça para cubrir las bandas, por Ousmane Dembélé -hoy fuera del club, en el Paris Saint-Germain-, por las dificultades que atravesaba (y atraviesa) el club blaugrana en lo económico y por el mismo jugador, que a muchos sectores no convencía. Hablamos de 58M en otro intento, con palanca mediante de Laporta y Xavi, por suplir a Neymar, una enorme inversión en un jugador que no están funcionado.
Expulsión, actuación discreta e inversión dudosa
Raphinha, exponga lo que exponga Xavi Hernández en rueda de prensa, se autoexpulsó ayer en el Alfonso Pérez, en el primer partido de LaLiga, tendrá sanción y le sale cada vez más caro al Barça. El jugador, de nuevo muy intermitente y desacertado, perdió los nervios y dejó a su equipo con 10; un Barça que ya se ha dejado los primeros puntos a las primeras de cambio y justo cuando el bloque culé más zozobra en ataque, con Lewandowski perdido (y al que cada vez se mira más su edad) y con El Mosquito ya en París.
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— DAZN España (@DAZN_ES) August 13, 2023
Así fue la acción que acabó con la expulsión de Raphinha pic.twitter.com/7gxSeP6iV8
Inversión desconcertante
El brasileño ni mucho menos es un mal jugador, técnicamente es exquisito y posee mucho peligro en el golpeo, tanto en centros laterales como en disparos de corta y larga distancia, sin embargo muchos aficionados culés vieron (y ven) la inversión como innecesaria. Para estos, Raphinha no ha mejorado al equipo, no al menos al nivel que inspiraba Neymar, esa pieza de banda que si volteaba partidos vestido de blaugrana. A decir verdad, la salida de Neymar nunca fue suplida por el Barça, de ahí que siempre sea un jugador recurrente.
En cambio, el actual dueño de la banda derecha culé es un jugador muy intermitente, tendente a la precipitación, sin la potencia y el cambio de ritmo que, entre otras cosas, sí poseen Neymar (o poseía) y Dembélé. Y además no se prodiga demasiado en el gol. A sus 26 años, el de Porto Alegre jugó 50 partidos con el Barça en la 22/23 y anotó 10 goles. Ayer ante el Getafe tuvo de nuevo un partido gris, sin incidencia relevante en el juego, sin ser crucial en el desborde y encima dejando en inferioridad a sus compañeros. Sin duda, cada vez más aficionados culés se preguntan si lo de invertir 58 millones en Raphinha no fue un error. Al menos asoma Lamine Yamal, más joven y barato.