La puñalada de Pep Guardiola al Barça: nadie se lo esperaba

Joao Cancelo sonaba como refuerzo del Barça, algo que no es novedad. Porque, desde que militaba en el Valencia, se especulaba con la posibilidad de que vistiera de azulgrana, ya que manejaban unos informes excelentes. Al final, como todos sabemos, eso nunca ha ocurrido, pero ha mantenido una progresión brutal en otros equipos. Primero, en el Inter de Milán, donde no acabó de explotar, pero logró llamar la atención de la Juventus de Turín.

Allí, solo estuvo una campaña, en la que coincidió con Cristiano Ronaldo, y se erigió en una de las grandes revelaciones de la Serie A. Fue elegido en el once ideal, y algunos ya se atrevían a colocarle en el top cinco mundial en su puesto. Algo que llamó la atención del Manchester City de Pep Guardiola, que invirtió 40 millones de euros, más los servicios de Danilo. Una operación muy costosa, y que generó bastantes dudas, pues era más un capricho que una necesidad.

Ya tenían a Kyle Walker, otro de los mejores del Mundo, en la plantilla, y no le veían cabida al internacional portugués. Y acabó sucediendo lo que muchos esperaban, pues casi no tuvo continuidad ni oportunidades, lo que le llevó a plantearse su salida, y a pensar en un cambio de aires. Una posibilidad en la que su agente, Jorge Mendes, estuvo trabajando. Y de nuevo apareció, como posible destino, el Camp Nou, que buscaban un sustituto para Nelson Semedo, vendido al Wolverhampton Wanderers de Nuno Espirito Santo.

El problema es de desde el Etihad Stadium se descolgaron, y exigieron una burrada por el canterano del Benfica. Algo que provocó que, finalmente, Josep María Bartomeu se decantara por Sergiño Dest, del Ajax de Ámsterdam. Pero, las vueltas que da la vida, es lo mejor que le podría haber pasado a un Cancelo que ha dejado de ser un descarte, para convertirse en intocable, y una de las grandes estrellas de su club. Por la derecha o por la izquierda, no hay quien se atreva a sentarle.

Su nivel está siendo excepcional, y ahora Guardiola le considera intocable.

No hay manera de que se marche.