La traición que precipitó la Superliga: de Laporta a Florentino Pérez
Se ha conocido toda la historia y pone en riesgo las relaciones entre ambos equipos
Lo que ocurrió en las horas previas a la publicación del comunicado de los equipos partícipes en la Superliga se ha ido sabiendo a medida que van pasando los días. Se van filtrando detalles importantes que ayudan a entender la sucesión de los tremendos acontecimientos que todos hemos podido seguir en los grandes medios.
Pues bien, ha sido un medio de comunicación tan global como es el New York Times el que ha hecho pública la comida que Joan Laporta y Javier Tebas mantuvieron el pasado jueves, tres días antes de que estallase la bomba del comunicado que ponía cara y nombres a los miembros de la Superliga europea. Según el periódico norteamericano, Laporta comentó al presidente de LaLiga que su razón para estar ese día en Madrid era la de firmar un contrato con otros 11 equipos para crear la ya mencionada Superliga.
Esto preocupó a Tebas que rápidamente lo puso en conocimiento de Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, además de filtrarlo a algunos medios deportivos que a lo largo del fin de semana dejaron ya caer alguna noticia al respecto. Aquel chivatazo de Laporta precipitó el anuncio de la Superliga porque su intención era haber esperado un poco más para tener el plan mejor trazado, algo que finalmente no sucedió.
No obstante es importante mencionar que el hecho que hizo a los equipos ingleses bajarse del barco fue ver a Florentino Pérez en un programa televisivo de máxima audiencia en mismo lunes por la noche. La intención de los clubes ingleses era mantener un perfil bajo durante los primeros días para evitar grandes manifestaciones del público, algo que llegó ya el mismo martes y que sumado a las exigencias del presidente del país, Boris Johnson, terminó por echar por tierra el proyecto.
Conocida la intrahistoria, el Madrid y en especial su presidente, Florentino Pérez, tienen motivos para estar muy cabreados con Joan Laporta, pero lo mismo puede decirse en la dirección inversa, ya que si Florentino hubiese gestionado la estrategia comunicativa de otro modo el proyecto quizás seguiría en pie. Lo que está claro es que las relaciones entre ambos quedan muy, pero que muy tocadas.