Laporta pensó que era el nuevo Dani Alves, se fue escaldado del Barça y su carrera agoniza en Grecia
Cuajó muy buenas campañas en su paso por La Masia, pero posteriormente no se afianzó en el primer equipo
Dani Alves bien puede considerarse como el mejor lateral derecho en la historia del FC Barcelona. Aunque en su segunda etapa su rendimiento dejó bastante que desear, el jugador brasileño fue partícipe en la generación más exitosa culé en cuanto a la conquista de títulos y su salida del club en 2016 dejó un vacío muy importante que Joan Laporta, más de siete años después, no ha logrado recomponer.
El Barça no ha encontrado ese lateral derecho de primer nivel que pueda afianzarse en el equipo de gala de forma indiscutible y eso que son muchas las alternativas por las que ha apostado la directiva blaugrana para ello. Uno de los futbolistas que mejores sensaciones dejaron durante su paso por La Masia, Martín Montoya, fue considerado durante muchos años como ese relevo generacional del brasileño, pero las dudas comenzaron a rodear al futbolista catalán y no tardó mucho más el español en abandonar el Camp Nou de una forma un tanto desconcertante.
Montoya fue uno de los jugadores más prometedores de la cantera culé, pero a la hora de la verdad el lateral no descubrió la forma de afianzarse en el primer equipo del FC Barcelona y, si Dani Alves finalizó su primera etapa en el club en 2016, no tardó mucho más Montoya en seguir sus pasos lejos de la Ciudad Condal tras sendas decisiones en el Inter de Milán y Real Betis Balompié, dos clubs donde no logró cumplir con las expectativas deseada por las altas esferas culés y que le costaron su puesto en el proyecto.
En el citado 2016, Joan Laporta decidió deshacerse de forma definitiva de Martín traspasando al futbolista al Valencia, club que posteriormente le vendió al Brighton Hove Albion. Eso sí, en ninguna de esta aventuras el futbolista tuvo el protagonismo deseado y, tras vivir una nueva estancia en Heliópolis como integrante del Real Betis, la carrera de Montoya ha dado un giro radical en las últimas horas con su aterrizaje en el Aris Salónica de Grecia, equipo en el que, a sus 32 años, tratará de olvidar sus complicados últimos cursos a nivel profesional y gozar de ese grado de importante no hallado ni en el Camp Nou, ni en Mestalla, ni en el AMX Stadium, ni en el Benito Villamarín.