Llegan a las manos. Arturo Vidal en la pelea. El Barça de Koeman, roto

Arturo Vidal no se mordió la lengua en su última entrevista, y no pudo hablar de manera más clara y contundente. Disparó con bala contra la directiva del Barça, y se quedó muy a gusto, asegurando que todas las decisiones que toman están mal. De esta manera, intentó quitarle culpa a sus compañeros, y a él mismo, por supuesto, de la humillante derrota que sufrieron contra su ex equipo, el Bayern de Múnich, en cuartos de final de la Champions League, por dos a ocho.

Y sin olvidar que también han hecho el ridículo en el resto de competiciones. Y, de paso, se desquitó contra sus verdugos, que quieren echarle del equipo, pues, como todos sabemos, ha sido uno de los jugadores colocados en la lista de transferibles. Ronald Koeman llamó al internacional chileno prácticamente el primer día, al igual que a Samuel Umtiti e Ivan Rakitic. Y el mensaje no pudo ser más claro: se tienen que buscar un destino.

En el caso del ‘22’, regresará a la Serie A, donde ya jugó en las filas de la Juventus de Turín, ganando varios ‘scudettos’. Pero no lo hará para jugar en la ‘Vecchia Signora’, a pesar de que gusta mucho a Andrea Pirlo, nuevo entrenador, y con el que compartió vestuario cuatro años, y un puesto en el centro del campo. Lo hará en el Inter de Milán, donde se reencontrará con Antonio Conte, con el que tiene una gran relación, y que supo sacarle su mejor nivel.

Y ahí es donde llega el escándalo. Porque Vidal quiere conseguir la carta de libertad, o que le dejen salir casi gratis, igual que a Ivan Rakitic, que volverá al Sevilla de Julen Lopetegui. En cambio, Josep María Bartomeu, después de sus palabras, no está por la labor de hacerle ningún favor al que también fuera jugador del Bayer Leverkusen. Y se ha mostrado tajante: o pagan más de 20 millones de euros por él, o no se irá a ningún sitio.

El presidente del Barça quiere recuperar la inversión que hicieron por él en verano de 2018, tras el Mundial de Rusia. Una cosa que no ha sentado nada bien a Arturo, que casi llega a las manos con él.

Menos mal que no fue a mayores…