Llegó al Barça en tiempos de Bartomeu, Piqué y Mascherano provocaron su fracaso y caldea la Premier
El central no tuvo suerte en la Ciudad Condal
La etapa de Josep María Bartomeu como presiente del FC Barcelona sigue pasando factura en la actualidad a pesar de que es Joan Laporta quien está ocupando tal cargo a día de hoy. Durante el último lustro se han cerrado una gran cantidad de fichajes que no han funcionado de la manera esperada y el de Yerry Mina es uno de los claros exponentes de ello.
El central colombiano llegó al Camp Nou en enero de 2018 generando mucha ilusión tras cuajar un par de campañas a un altísimo nivel en las filas del Palmeiras, pero su salto a Europa no se dio de la forma esperada. Si bien es cierto que Bartomeu no perdió la cabeza en términos económicos para cerrar esta operación y el zaguero aterrizó en la Ciudad Condal a cambio de 12,5 millones, pero su estancia en el club ya se puede catalogar como uno de los mayores fracasos en la historia reciente del Barça y hay una prueba fechaiente de ello: solo disputó seis encuentros con la elástica blaugrana.
Aunque el presidente sopesó que Yerry Mina podría convertirse en el compañero ideal de Gerard Piqué en el eje central, la falta de fiabilidad generada por el cafetero provocó que Ernesto Valverde, el técnico del equipo por aquel entonces, apostara por Javier Mascherano como acompañante del español, algo que implicó reconvertir al futbolista argentino ya que durante la mayoría de su carrera fue empleado como pivote defensivo.
Tras confirmarse su fracaso en el Barça, el club no dudó en aceptar la oferta de 30 millones presentada por el Everton ese mismo verano, algo que se tradujo en el adiós del central colombiano solo siete meses después de llegar al Camp Nou.
Eso sí, su etapa en Goodison Park ya se puede dar por liquidada ya que Mina acaba contrato con el club inglés dentro de cuatro días y su futuro apunta a Craven Cottage, siendo el Fulham el club que está dispuesto a incluirlo en su plantilla y brindarle la oportunidad de que pueda recuperar su mejor versión, una versión que hace más cinco años atrás resultó del todo convincente para Bartomeu y el resto de la directiva del FC Barcelona.