Llegó en verano para liderar al Barça tras Luis Suárez y Messi y ahora agobia a Joan Laporta

Robert Lewandowski fue el fichaje que cerró Joan Laporta en la postrera venta de transferencias veraniega para poner el broche a un capítulo de incorporaciones muy ilusionantes para el barcelonismo. Los más de 50M invertidos por el club para convencer al Bayern de Múnich al ariete polaco situaron al jugador como el responsable goleador del equipo tras las salidas de Luis Suárez y Leo Messi y, aunque sus prestaciones en los meses transcurridos antes de la celebración del Mundial de Qatar fueron excelsas, a su regreso ‘Lewy’ está haciendo dudar mucho a Laporta sobre el éxito de la operación.

Y es que desde el primer momento en que arrancó la presente campaña Robert Lewandowski comenzó a dejar prueba de que sus estratosféricos números goleadores en el Bayern de Múnich no se dieron por casualidad y, aunque en su debut con el equipo no vio puerta, poco tardó el polaco en comenzar a sembrar el caos en el campeonato español.

Los 12 goles anotados en LaLiga antes de viajar a Qatar con su selección supusieron la mejor de las noticias para Laporta, pero, tras la reanudación del mismo, el jugador únicamente ha anotado dos tantos más en el campeonato doméstico a pesar de que ha gozado de un elevado número de minutos para aumentar su registro.

Lo curioso de esto es que la mala recha goleadora de Lewandowski está coincidiendo con el mejor momento del equipo, en líneas generales, desde que comenzó la temporada en el pasado mes de agosto.

Eso sí, ahora no es el polaco el hombre que está liderando al equipo a pesar del cometido encomendado por Laporta y Xavi, sino otros futbolistas como Raphinha, Dembélé o Pedri están asumiendo el rol goleador que está evitando que la falta de puntería del ‘9’ repercuta negativamente en los resultados del equipo.

Veremos cuál es el desempleo del polaco en los meses que restan de campaña, pero dada su avanzada edad, 34 años, y las tres campañas que aún tiene de contrato por delante en can Barça comienzan a tildar esa operación como un error mayúsculo de Laporta atendiendo a que la situación económica del club ni mucho menos es confortable.