Más culpable en Mallorca que Tchouameni y Rüdiger y encima choca con Endrick: galácticos en apuros

Más culpable en Mallorca que Tchouameni y Rüdiger y encima choca con Endrick: galácticos en apuros

Solo un partido ha servido para remover todo el lodo que se acumuló en el Madrid durante la otra época de los genios que no funcionaron

Es pronto, prontísimo para emitir juicios de valor negativos sobre este nuevo Real Madrid de la era Kylian Mbappé, pero desde luego algunos de los síntomas alarmantes que aquejaron a los Ronaldo Nazário, Figo, David Beckham, Zidane y compañía se vieron sobre Son Moix ante el Mallorca en un inicio pobre de los blancos en su defensa del título liguero 23/24. Y uno de los más grandes culpables fue el que no puede fallar.

Mbappé

Errores y cansancio

El Madrid comenzó bien en suelo balear, asentado, dominando el juego y llegando con relativa facilidad a las inmediaciones de la portería de un por momentos colosal Greif, de ahí el gol de Rodrygo Goes, pero los de Carlo Ancelotti, quizá confiados, seguramente cansados tras el esfuerzo de la Supercopa de Europa a estas alturas de una pretemporada, para varios integrantes de la plantilla, irrisoria, se dejaron ir y ahí resucitó el equipo de Jagoba Arrasate, el cual señaló el mal partido de jugadores como Rüdiger o Tchouameni, también Vinicius, pero sobre todo retrató a un mayor culpable, el míster italiano.

Sabía el de Reggiolo de la poca preparación física de su equipo titular tras el duelo ante la Atalanta, también de su escasa o nula pretemporada -en muchos casos- y aún así no cambió el plan y cuando lo hizo ya era tarde para todo. Sí, sacó a Luka Modric en el 63 para dar más control al juego blanco ante el, de nuevo, pobrísimo partido de Tchouameni, pero el croata estaba solo con un equipo partido en dos líneas antagónicas: el ataque, alejado y esperando balones precisos y la defensa, imprecisa -especialmente Antonio Rüdiger- y carente por costados de profundidad. Y Ancelotti no lo supo ver.

Real Madrid

Muy tarde y mal

Solo en el minuto 87 hizo tres cambios, los de Lucas Vázquez, Brahim y Arda Güler, todos ellos infructuosos y alguno, como el del gallego, ya innecesario para las alturas de partido en que este salió al terreno de juego. Seguramente más útil hubiera sido dar minutos a Endrick, al que Carletto promete ya abiertamente poca bola (cero minutos en dos partidos oficiales). El caso del turco y el marroquí sorprende especialmente debido a que los dos jugadores sí han hecho una pretemporada en condiciones, rindiendo además a buen nivel, y sin embargo apenas sí jugaron unos minutos cuando hacía muchos más que el equipo se había hundido en ideas y gasolina. 

Con este caldo de cultivo, ni el cansancio supercopero, ni el mal partido de jugadores como Tchouameni, Rüdiger o Vinicius puede servir de excusa en la toma de decisiones de Ancelotti, que estuvo desacertado en el mando y, además, se fue enfadado, mandando un recado a la plantilla por su “falta de actitud”. En definitiva, el Madrid de los galácticos 2.0 empieza con traspiés y un lenguaje que recuerda y mucho al de su primera versión; veremos si es solo un mal sueño o un problema en ciernes.

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