“Me voy, quiero ser titular siempre”. El crack del Barça sorprende y se va
Ha sido clave este hecho
Reparto de puntos en el Clásico y aquí paz y después gloria. Sí, pero con matices. El Real Madrid ayer ganó en la batalla a los puntos morales. Los blancos jugaron mejor que su rival, el Barça, que además lo hacía de local. Es cierto que los blaugranas siguen teniendo ese punch extra que les falta a los de Zinedine Zidane: cuando Leo Messi agarra la pelota, todo puede ocurrir y la sensación de peligro de los azulgrana es latente. Eso a los culés, mientras dure el argentino, no les va a faltar nunca.
Pero hay otros daños colaterales en la entidad catalana. Porque el Madrid, si fue superior ayer en la peculiar noche barcelonesa (los disturbios y el ambiente político en los aledaños afearon el espectáculo, algo que sin duda hay que achacar a los organizadores ligueros, que suspendieron el partido de octubre) es porque su medio del campo fue más riguroso y consistente, daba más seguridad en la salida de pelota y aportaba más ideas que el culé. Algo inaudito en el coliseo azulgrana.
Y, claro, los damnificados y suplentes blaugranas en esa franja del campo no se han quedado contentos, ni con su situación ni con la respuesta de sus compañeros que se supone que por méritos les adelantan en la rotación. El más eminente es Arturo Vidal, que volvió a no ser de la partida de inicio y empieza a estar cansado de ser un revulsivo, máxime cuando ayer faltaron Arthur y Sergio Busquets.
El chileno piensa que si es suplente con las bajas del español y el brasileño, cuán no lo será cuando estén. De hecho, la decisión de Ernesto Valverde de poner a Ivan Rakitic y a Sergi Roberto por delante de él ha sido la gota que ha colmado el vaso. Se va a reunir con Bartomeu hoy mismo y le pedirá que le deje salir en el mercado navideño, donde el Inter de Milan le quiere, pero bajando algo las pretensiones blaugranas. Vidal no aguanta más y se va.