Messi alucina con el final de un crack que llegó a ser héroe del Barça
Su vida desde que se fue no ha sido buena
Ibrahim Afellay llegó al Barça como un fichaje invernal inesperado, del que apenas nadie tenía constancia ni conocimiento. Su aval eran unas buenas temporadas en las filas del PSV Eindhoven, que provocaron que pusieran sus ojos en él, y pagaran tres millones de euros, aprovechando que su contrato expiraba en junio. Pep Guardiola fue el que aprobó la operación, y no le fue nada mal, ya que tuvo algunas actuaciones bastante meritorias.
Para el recuerdo, esa jugada en la que desbordó a Marcelo, y puso un centro perfecto para Leo Messi, en un partido ante el Real Madrid, correspondiente a la ida de semifinales de la Champions League. De eso ya ha pasado una década, pero a todos los aficionados culés todavía se le viene a la cabeza esa acción cuando escuchan el nombre del internacional holandés. Eso si, ya poco o nada más hizo después, por culpa de las lesiones.
Fueron su gran lastre, y acabó marchándose a la Bundesliga en verano de 2012, concretamente, al Schalke 04. Un año duró en Gelsenkirchen, en el que tampoco pudo brillar demasiado, de nuevo, a causa de los problemas físicos. Tras eso, superó un nuevo préstamo, esta vez en el Olympiakos, antes de irse libre y probar suerte en la Premier League, concretamente, en el Stoke City. Allí, también jugaron otras viejas glorias como Jesé Rodríguez, o su ex compañero Bojan Krkic.
Tampoco consiguió hacer nada, antes de volver al PSV, del que quedó libre el pasado verano, y se retiró en enero. Muchos ya le habían perdido la pista, y ni siquiera se acordaban de Afellay, al que nadie le podrá quitar de haber pasado por el Camp Nou, y podrá presumir de tener como compañeros a alguno de los mejores jugadores del planeta. Una lástima que, como tantos otros jugadores, fuera de cristal, porque tenía unas buenas condiciones.
Messi es el primero que se ha quedado a cuadros tras conocer que el extremo de origen marroquí ya no estaba activo. Aunque lo que pocos saben es que ya tiene 35 años, pues llegó al Barça con una edad avanzada.
Una historia curiosa la suya.