El nuevo entrenador de Florentino no llegará hasta el próximo 12 de julio

El fútbol es así. Este puede ser el mayor tópico del deporte rey que no dice nada y lo dice todo. Con esa frase uno puede explicar todo lo que pasa dentro de este mundillo que no es poco. Cuando alguien tiene que explicar algo que no sabe muy bien como argumentar tira de esta recurrida frase, recurso de urgencia utilizado tantas y tantas veces.

Si a Florentino Pérez alguien le preguntase como es posible que haya dejado de confiar en su salvavidas Zinedine Zidane, puede que el presidente y empresario respondiese aquello de: “pues es que el fútbol es así”. Y no le faltaría razón. Hace medio año fue Florentino quien se agarró a Zidane como si de un chaleco salvavidas fuese en mitad de el hundimiento del Titanic. Cuando el Madrid atravesaba sus horas más bajas y la crisis hacía insufrible el día a día de la temporada, Florentino convenció a Zidane para reflotar este transatlántico y llevarlo a buen puerto.

Lo que ha ocurrido es que en ese camino hacia el puerto soñado, los títulos, el presidente se ha desenamorado de su míster y ha dejado de verle con esos ojitos de deseo que hacen no querer mirar a nadie más. Tras unos meses finales de liga convulsos y unos inicios de esta casi tan movidos como aquellos, Floren ha empezado a mirar a otros pretendientes y esta vez si empieza a tener donde elegir: Pochettino se acaba de quedar libre, Conte lo está a la espera de un proyecto nuevo que le ilusione o Roberto Martínez, que acaba de anunciar que su contrato con la selección de Bélgica termina tras la Eurocopa y que entonces pensará muy bien que hacer con su futuro. La final será el próximo 12 de julio, fecha a partir de la cual estaría libre para comenzar un nuevo proyecto en el Real Madrid.