Órdago a Bellingham, Camavinga y Tchouameni en el entreno: Xavi y el desastre de la 22/23, claves

Carlo Ancelotti mantiene la confianza en el nuevo plan en el inicio liguero

Órdago a Bellingham, Camavinga y Tchouameni en el entreno: Xavi y el desastre de la 22/23, claves

Xavi Hernández y Massimiliano Allegri le ganaron el partido en pretemporada de forma holgada a Carlo Ancelotti y el Real Madrid, sin embargo, las sensaciones que les dejó el cuadro merengue a sendos entrenadores fueron poderosas y a eso se aferra un técnico italiano en la casa blanca que confía en el nuevo plan para el inicio de la liga, para evitar el desastre de la pasada campaña y lanzar un aviso al Barça, todo ello con Bellingham, Camavinga y Tchouameni como fuerzas motrices.

Innegociable sistema

Este sábado (21.30, hora española) en San Mamés inicia el Madrid su periplo por una liga (23/24) que se antoja como uno de los grandes objetivos de esta temporada tras caer estrepitosamente la campaña pasada ante el Barcelona, que ganó la liga con holgura. Y lo hacen los de Carletto con nuevo sistema y nuevos intocables en la medular, presumiblemente con Jude Bellingham, Eduardo Camavinga y Aurélian Tchouameni como titulares.

El cuarto en discordia posiblemente sea Fede Valverde, que se libró de la sanción impuesta por su rifirrafe con Baena, del Villarreal. Con esto, el Madrid apostaría por el rombo en uno de los partidos más complicados de la competición, frente al Athletic Club de Bilbao, y pese a que este no le ha dado buenos resultados al míster transalpino en los partidos veraniegos, con cara ante MIlan y Manchester United y cruz frente a Barça y Juve. Todo ello con un precedente peligroso, el de Son Moix de la campaña 22/23, donde el Madrid inició el curso perdiendo, 1-0 en Mallorca.

Valverde y Tchoaumeni

El Barça, gran rival del Madrid en la pelea por la competición hispana (veremos si el Atlético de Madrid se mete en ella), inicia el curso en Getafe el domingo, a la misma hora, de modo que Ancelotti quiere mandar un mensaje claro en tres fases: una, a sus aficionados, a los que les quiere demostrar que han aprendido del desliz inicial de la pasada temporada. Otro a sus jugadores, de creencia en lo que hacen con esa apuesta por lo que llevan poniendo en práctica todo el verano. El último, al Barça, con la primera patata caliente enviada desde Bilbao.