Pide auxilio a Zidane: el jugador que se ofrece al Real Madrid
Espera que le echen una mano y le ayuden
Julian Weigl era, hasta hace no mucho tiempo, una de las grandes promesas del futbol mundial. El Borussia Dortmund le descubrió y le reclutó cuando apenas tenía 20 años, y había jugado en la 2. Bundesliga con el 1860 Múnich, donde era el capitán, a cambio de un par de millones de euros. Y tuvo una irrupción tremenda, convirtiéndose en titular indiscutible, y ganándose el apodo del sucesor de Sergio Busquets, además de atraer el interés de grandes clubes.
Pero las lesiones y la irregularidad provocaron que su progresión se viera perjudicada, y se estancó claramente. Dejó de estar en los planes de Joachim Löw para la selección alemana absoluta, y también perdió su puesto como titular en el Signal Iduna Park, jugando muchos encuentros como central. Al final, entre todas las partes decidieron que lo mejor era separar sus caminos, y por ese motivo, el pasado mes de enero se marchó al Benfica, dejando sitio a Emre Can.
Unos 20 millones de euros tuvieron que invertir los lusos en su fichaje, en lo que parecía ser una tremenda operación para sus intereses. No obstante, la realidad es que ni por asomo ha estado a la altura de las expectativas en ningún momento, y le costó adaptarse más de la cuenta. Acabó la pasada campaña a un nivel bastante mediocre, y en esta, ha comenzado todavía peor, igual que el resto de sus compañeros, que están decepcionando.
Han fichado a muchos cracks, y confiaban en hacer un gran año, pero los resultados no están siendo para nada los esperados. Jorge Jesús está en la cuerda floja, y puede ser destituido, y Weigl apenas ha estado sobre el terreno de juego 435 minutos, divididos en 10 choques. Ya le han colocado en la rampa de salida, y no ha dudado a la hora de ofrecerse al Real Madrid, consciente de que buscan un sustituto para Casemiro, que le pueda dar descanso.
Ha pedido auxilio a Zinedine Zidane, que ni siquiera ha atendido a su llamada. No están interesados en acoger a un jugador cuyos mejores años ya quedaron muy atrás, a decir verdad.
Está fuera de la mesa.