Prioridad barata para fulminar a Iñaki Peña y dar a Ter Stegen un suplente más fiable para la 24/25
Joan Laporta incluye otro nombre en la agenda culé
Que el FC Barcelona tenga que ingeniárselas de forma minuciosa para poder maniobrar en el mercado el próximo verano es algo de lo que venimos haciendo eco en Don Balón desde los primeros compases de la temporada y este el motivo que sitúa a Oriol Romeu y Raphinha, entre otros, en la rampa de salida del club.
No obstante, y a expensas de lo que pueda suceder con los futbolistas que a priori llenarían las arcas del conjunto blaugrana con sus ventas, Joan Laporta lleva tiempo incluyendo distintos nombres en su agenda de prioridades y hoy la novedad aquí mira a Stole Dimitrievski.
El guardameta macedonio del Rayo Vallecano finaliza contrato y, aunque arrebatar la titularidad a Marc-André ter Stegen suena rocambolesco, la idea del club es que Dimitrievski sea ese suplente de garantías que el alemán no ha tenido todos estos años.
Un gran damnificado
Aquí es donde Iñaki Peña sale peor parado. El alicantino ha tenido, durante la lesión de su compañero, una ocasión de oro para demostrar que sí puede ser un portero fiable en el proyecto blaugrana, pero el español ha pagado los efectos del pésimo rendimiento ofrecido por la línea defensiva del Barça y de este modo ha encajado muchos más goles de lo esperados, algo que inevitablemente ha agotado sus opciones de seguir perteneciendo al club más allá del presente curso.
Es cierto que las apariciones de Peña se han dado siempre que Ter Stegen ha caído lesionado, pero a fin de evitar que un nuevo percance físico del teutón vuelva a pasar factura, Joan Laporta pretende mover fichaje de una forma muy interesante con Dimitrievksi.
Y es que más allá de estar cuajando una campaña reseñable y de atesorar una amplia experiencia al máximo nivel el portero de 30 años acaba contrato con el conjunto madrileño, por lo que el presidente catalán solamente tendría que llegar a un acuerdo salarial de lo más confortable para la economía culé que, sobre el papel, Dimitrievski aceptaría sin titubear.