Regalo a Ronaldo Nazario: el tremendo favor de Florentino Pérez

Ronaldo Nazario es uno de los mejores jugadores que ha dado el mundo del futbol. Para la gran mayoría de gente que ha tenido el placer de verle jugar le coloca como el mejor delantero de todos los tiempos, por delante incluso de Marco Van Basten o de Gerd Müller. Lo tenía todo: velocidad, potencia, clase, técnica, sangre fría, un gran disparo de balón… lástima que las lesiones impidieron que se le pudiera disfrutar del todo. Aunque le dio tiempo a muchas cosas.

Pasó por clubes históricos como el PSV Eindhoven, el AC Milan, el Inter de Milán, el Barça, el Cruzeiro, el Corinthians y, donde fue más feliz, en el Real Madrid. Con la selección brasileña, ganó los Mundiales de 1994 y de 2002, siendo decisivo en este último, con un doblete en la final. Además, también ganó dos Copas América, en 1997 y 1999, y la Copa Confederaciones de 1997. Lo que nunca pudo ganar fue la Champions League, que se le resistió.

Ya retirado desde hace tiempo, el brasileño es recordado también por sus dos Balones de Oro, en 1997 y 2002, y por su afable carácter. Algo que le ha llevado a ser querido por todos los lugares que ha pasado, y tener grandes amigos, tanto en el vestuario, como en la directiva. Casi todos sus ex compañeros hablan maravillas de él y destacan su humildad, su empatía y su alegría. Y Florentino Pérez sigue teniendo conversaciones con él.

Además, coinciden, como mínimo, un par de veces por temporada, cuando al cuadro blanco le toca enfrentarse al Real Valladolid en La Liga Santander. Y esa es la razón por la que hemos visto tantos jugadores irse cedidos al equipo pucelano, que lucha, otra vez más, por evitar el descenso. Andriy Lunin, Javi Hernández o Jorge de Frutos han sido algunos ejemplos, y pronto se puede sumar a esa lista otra gran promesa: Reinier Jesús, de apenas 18 años.

Pagaron 30 millones de euros a Flamengo por sus servicios, y en el Borussia Dortmund no está teniendo continuidad, ya que apenas ha sumado 136 minutos en ocho choques.

Puede acabar en el José Zorrilla.