Ronald Koeman se lo tendrá que quedar: el crack al que quería echar

Joan Laporta se lo ha ordenado

Ronald Koeman se lo tendrá que quedar: el crack al que quería echar

Riqui Puig era uno de los firmes candidatos a hacer las maletas, y marcharse este verano, pues no entra en los planes de Ronald Koeman. De hecho, es que tampoco lo hacía el año pasado, y le recomendaron que se marchara, pero no hizo caso a las advertencias. Le dejó bien claro desde el primer día que no le quería en el Barça, y que sus minutos se iban a contar con los dedos de las manos. Pero el futbolista no quiso irse, y se quedó para pelear por una oportunidad.

Al final, pasó lo que pasó, y no puede quejarse de ninguna traición, pues estaba más que advertido. Ha sido uno de los cracks menos utilizados por el neerlandés, y tan solo ha participado en los encuentros sin importancia, o entrando en los últimos minutos, los de la basura. Ya no solo es que no le convenza con sus cualidades futbolísticas, si no que su personalidad y su entorno tampoco ayudan. Y tiene bastante enemigos y detractores en el vestuario, como Leo Messi.

Puig

Sin lugar a dudas, el canterano culé es uno de los grandes perjudicados por la continuidad del que fuera técnico de PSV Eindhoven, Valencia o Everton. Pero ni por esas se ha llegado a plantear un préstamo, pues todavía está empeñado en triunfar en el Camp Nou, y le horripila la idea de tener que abandonar su casa. Y se ha encontrado con un importante aliado, que le puede facilitar bastante la vida, y ayudarle a que consiga su objetivo.

Ese es Joan Laporta, que sí confía en el tremendo potencial del de Matadepera, al que a menudo comparan con Andrés Iniesta. Todavía cree que puede explotar y ser un jugador importante para el Barça, y más, si se acaban marchando Miralem Pjanic, Matheus Fernandes e Ilaix Moriba. Dejarían un gran vacío en la medular, y eso permitiría a Riqui tener menos competencia, y por ende, muchas más posibilidades de acumular minutos.

A Koeman no le hace especial gracia la idea, pero parece que no le quedará de otra que tener que ‘tragárselo’.

Es lo que hay.