Se conoce como se gestó su salida: Zidane contra las cuerdas

Ha sido todo muy rápido y, como ya vino avanzando Don Balón desde hace más de una semana, la cesión de Martin Odegaard al Arsenal entrenado por Mikel Arteta se cerró esta misma semana. El internacional noruego ha abandonado el Real Madrid en el momento más complicado de la temporada (llegan las semanas clave de LaLiga y de la Champions League) debido al panorama que vislumbraba el propio Odegaard en los próximos meses: jugar muy poco, hacerlo en tramos sin trascendencia y completar así una nueva temporada casi en blanco a sus 21 años.

El partido clave para su salida fue el de Copa del Rey. Aquella noche en Alcoy Odegaard no disputó un solo minuto porque ni tan siquiera llegó a entrar en la convocatoria de Zinedine Zidane. Cuando el centrocampista supo que no se vestiría de corto ni para jugar contra un Segunda B, lo tuvo claro: fue a las oficinas del Real Madrid para pedir directamente a Florentino Pérez y a Jose Ángel Sánchez su salida inminente del club.

Estos, creyendo que se trataba de un calentón del noruego, se negaron en un primer momento a dejarle salir. Pero cuando hablaron con Zidane, el mister les confirmó que las posibilidades de jugar de Odegaard durante la segunda mitad de la temporada eran bastante reducidas. Ante esta situación, el Madrid cambió de parecer y buscó una salida en forma de cesión que fuese provechosa para ambas partes y el Arsenal de Arteta fue la que más gustó.

En el club han querido tener contento al jugador, ya que mantenerlo contra su voluntad hasta verano podría haber sido el final definitivo para Odegaard en el Madrid. De este modo, se le da la oportunidad de hacerse importante estos meses en Londres mientras adquiere más experiencia en una gran liga como es la Premier League. Además, cuando Odegaard retorne a Madrid (por tercera vez) allá por el mes de julio puede que Zizou ya no sea entrenador blanco y el problema sea ya inexistente.

Desde el Madrid se le ha dado un toque a Zidane, que pidió con ahínco la vuelta de Odegaard provocando que se cortase de raíz el contrato que el club blanco tenía firmado con la Real Sociedad para haberle tenido durante cinco meses de grada en grada. El técnico francés asume el mea culpa y admite que ha sido su mayor error desde que entrena al Real Madrid.