Sergiño Dest es un fracaso: el lateral derecho que quiere el Barça

Sergiño Dest comenzó con el pie derecho su andadura por el Barça. Reclutado este verano, pagaron 25 millones de euros al Ajax de Ámsterdam por sus servicios, para ocupar el lugar de Nelson Semedo, que poco antes se había marchado al Wolverhampton Wanderers. Una cantidad que muchos consideraban elevada, ya que apenas tenían referencias del lateral de solo 20 años, al que no habían visto jugar nunca. Y quedaron realmente impresionados al principio.

Demostró una gran valentía y un gran potencial en sus primeras semanas, siendo un cuchillo y marcando incluso un gol. Creían haber dado en el clavo con su llegada, y que tendrían futbolista por mucho tiempo en ese puesto, que nadie ha sido capaz de ocupar desde que se fue Dani Alves. Pero se ha ido desinflando a medida que avanzaban las semanas, y muchos ya venían criticando su reciente desempeño. Aún y así, Ronald Koeman confiaba plenamente en él.

Cierto es que el internacional estadounidense tampoco tiene relevo ahora mismo, pues Sergi Roberto está lesionado. Pero incluso al técnico holandés se le está comenzando a agotar la paciencia, y decidió sustituirle al descanso en su choque ante el Athletic Club de Bilbao, en la semifinal de la Supercopa de España, que perdieron en la prórroga. Una clara advertencia. Y Joan Laporta ya tiene previsto incorporar a otro crack para ese puesto.

Héctor Bellerín, del Arsenal, es el favorito, pero ahora manejan un ‘plan B’. Porque el internacional español no es seguro que aterrice, o incluso no se descarta que el que se marche a préstamo sea Dest. Sea como sea, se ha colado el nombre de Diogo Dalot en la agenda, donde ya estaba apuntado, pues se plantearon su contratación en su momento, cuando aún militaba en las filas del Oporto. Pero se adelantó el Manchester United, que se lo llevó antes.

Y ahora, milita cedido en las filas del AC Milan, donde tiene minutos, si bien no es titular. En el Camp Nou le ven como una opción a estudiar, sobretodo, por su precio, de solo 11 ‘kilos’, lo que le convierte en una ganga.

Ojo.