Sigue peleado con Pep Guardiola: el galáctico que no olvida al Madrid
Busca una fuga del Manchester City
Raheem Sterling ha acabado la temporada de manera bastante agria, pues salió subcampeón de la Champions League y la Eurocopa, las dos grandes competiciones que quería ganar. Aunque, al menos, con su selección, fue pieza clave, disputando todos los partidos, y marcando bastantes goles. Porque en el Manchester City, de manera sorprendente, ha tenido un rol completamente secundario, a pesar de jugar en la final contra el Chelsea de Thomas Tuchel como titular.
Pep Guardiola ha apostado por el joven Phil Foden en el puesto de extremo zurdo, y por Bernardo Silva y Riyad Mahrez completando el tridente ofensivo. Algo que ha dejado sin hueco al internacional inglés, que ha tenido que ver casi todos los grandes partidos sentado desde el banquillo. Como es de esperar, eso no le ha hecho ni pizca de gracia, y le ha llevado a plantearse muy seriamente sus opciones de futuro. Porque no quiere seguir así.
Considerado, hasta hace muy poco, uno de los mejores futbolistas del planeta en su puesto, en el Etihad Stadium tampoco tienen previsto mantener a un crack de su salario, si no tiene un rol protagonista. Y, a la espera de que se reincorpore a los entrenamientos, y de ver que rol tendrá, es uno de los grandes candidatos a hacer las maletas. Sobretodo, si acaban fichando a Harry Kane, del Tottenham Hotspur, y a Jack Grealish, del Aston Villa, que son dos objetivos prioritarios. En ese caso, estaría con los dos pies fuera.
Y el ex de Liverpool y Queens Park Rangers poco ha tardado en volver a llamar al Real Madrid. Sabe que los de Carlo Ancelotti andan en busca de un miembro que complete el tridente, y sobretodo, que sea capaz de solucionar la falta de gol que arrastran desde que se fue Cristiano Ronaldo a la Juventus de Turín. En este sentido, Sterling es uno de los nombres que más convencen, y tiene la admiración, además del técnico italiano, de Florentino Pérez.
El gran impedimento es que ocuparía plaza de extracomunitario, de lo que no andan sobrados. Y también, su elevado precio.
Pedirían más de 120 millones de euros.