Simeone da la espalda a sus 185M: 2 campeones del mundo y un canterano lo cambiarán todo
Recupera a uno, de una calidad enorme; se rinde al clásico y espera a su pieza de las categorías inferiores
El Cholo Simeone ha pasado por tantos tramos complicados, y dulces, en el Atlético de Madrid que puede mirar su complicada situación actual con perspectiva. Y tiene una ventaja sobre homólogos suyos como Carlo Ancelotti, fuertemente criticado ya en el Real Madrid, o Hansi Flick, al que por ahora todo le sale de cara, pero sobre el que más pronto o más tarde caerán tormentas: el argentino es el alfa y el omega del Atleti.
¿Por qué decimos esto? Básicamente porque mientras en los otros dos transatlánticos del fútbol español una decisión de sus técnicos contra sus grandes estrellas sería vista como una afrenta peligrosa, el preámbulo de las críticas, en el Metropolitano se aceptará, al menos por el momento, todo aquello que Simeone considere oportuno para revertir su situación actual, que, como decimos, es delicada, tanto en Champions como en LaLiga.
Y el míster quiere mimar tres viejos pilares.
Pese a los 185 millones de euros gastados, con nombres propios en la plantilla como Julián Álvarez, Conor Gallagher o Alexander Sorloth, hay otros recursos en los que va a apoyarse el preparado sudamericano. Dos son nada menos que campeones del mundo (Francia y Argentina) y el tercero es la gran apuesta y promesa del club, un jugador capital.
Creatividad, gol y criterio
Thomas Lemar, Ángel Correa y Pablo Barrios son los nuevos focos en los que pone atención el Cholo; quiere recuperarlos para la causa. De ellos obtendrá como mínimo creatividad, gol y criterio, respectivamente, y aunque hay nuevos cracks de peso en el equipo, sabe que estos tres, si están bien, no le van a fallar.
La trágica trayectoria con el francés ha hundido un talento superior, de esos especiales tras los cuales puede haber una ganancia enorme. Correa, por su parte, juega poco, siempre aporta y tiene dos cosas: eficacia y lealtad. Es una apuesta segura. Barrios es el escudo de presente y futuro del Atleti y su vuelta se antoja fundamental.