Simeone vuelve a quitarle el 9 a Koeman. ¡El holandés ya no puede más!

El holandés nunca pensó que algo así podría pasarle en el Barcelona

Simeone vuelve a quitarle el 9 a Koeman. ¡El holandés ya no puede más!

Cuando uno ficha para entrenar a uno de los equipos más potentes del mundo, lo que menos se imagina es que sean rivales de menor entidad los que te “quiten” los fichajes. Vale que los PSG, Juventus, Manchester City, Real Madrid o Bayern Munich vayan a luchar y, en ocasiones, a hacerse con jugadores por los que el Barcelona también luchaba. Eso está dentro de lo posible. Ahora bien, que clubes como el Atlético de Madrid te dejen dos veces sin delantero centro en una misma temporada, eso ya es más atípico y deja muy claro en el estado en el que se encuentra el FC Barcelona.

Suárez

Cuando la temporada no había empezado aún los del Cholo Simeone se hicieron con un Luis Suárez al que el Barça le había cerrado las puertas. Su sueldo y su enorme poder dentro del vestuario fueron los causantes de su descarte. En aquella ocasión al Barça no le fastidió en exceso la adquisición del uruguayo por parte de los atléticos ya que, en parte, les quitaba un problema de encima. Ahora bien, en cuanto Suárez empezó a marcar goles, como cada temporada, en Barcelona se dieron cuenta del tremendo error de dejarle salir sin tener un sustituto.

Pero eso no era del todo cierto. El Barcelona sí tenía un sustituto: Memphis Depay. Tanto es así que el acuerdo con el jugador del Olympique de Lyon era y es total pero no había espacio para el holandés por no tener el club catalán hueco salarial en su plantilla. Ahora, en plena renegociación con el Lyon y con el jugador, ha llegado el Atlético de Madrid para firmar a Moussa Dembélé y provocar que el Lyon se cierre en banda a la salida de Depay, puesto que eso les dejaría sin delanteros en un año en el que se están disputando la Ligue 1 con el todopoderoso PSG de Pochettino.

Koeman no se lo puede creer: se quedó en septiembre con Braithwaite como único 9 y se volverá a quedar en enero con lo mismo para afrontar lo que resta de temporada. El holandés, ante lo visto, es consciente de que no podrá luchar por títulos y ha decidido tirar los brazos en esta primera temporada. Toca centrarse en reestructurar a un club que quedó roto en agosto y tener paciencia porque los títulos tardarán aún en llegar.