Sin Kroos y tras Mallorca y Valladolid, Carletto se desangra por su protegido: alerta total de 80M

Sin Kroos y tras Mallorca y Valladolid, Carletto se desangra por su protegido: alerta total de 80M

El plan A no funciona, ni de lejos: el complemento no sirve de otra cosa

La primera mitad del Real Madrid ante el Real Valladolid -como sucedió en buena parte del choque sante el Mallorca- fue tan pobre, tan plana, que no ha pasado desapercibida ni para muchos analistas, ni para la zona noble del club en base a un problema evidente y creciente que, sin Toni Kroos y Eduardo Camavinga, se acentúa; por suerte, Fede Valverde sacó del apuro a los blancos, pero el atasco es recurrente en el gigante de LaLiga.

No es un asunto puntual es lo habitual

Si bien el partido de Arda Güler y el charrúa fue notable ante los pucelanos, quien vuelve a quedar seriamente señalado, sobre todo ante la vuelta de Eduardo Camavinga, es Aurelian Tchouameni, un jugador al que los recursos técnicos y organizativos le son esquivos. Como decimos, por suerte para él y Ancelotti, el disparo desviado del número 8 merengue en el minuto 50 acabó en la red y el bloqueo local se desvaneció, cosa que no sucedió en Son Moix. Es verdad que el francés es un elemento de seguridad en defensa, que trata de participar más en el juego y ha subido un punto de agresividad con respecto al pasado, pero frente al bloque bajo pucelano y ante la ausencia de Kroos, el galo demostró sus enormes limitaciones para ser un motor constructivo en la sala de máquinas. Es, en suma, la demostración de un síntoma: con él de organizador, el Madrid juega peor cuando ha de proponer.

Como complemento, sí

Dicho de otra forma, Kroos era quien se encargaba de inyectar el pulso necesario al juego blanco, ya fuera subiendo el ritmo de circulación o aplacándolo para desarmar el homólogo del adversario, también conseguía la imprevisibilidad del pase, tanto en largo como en corto, y era el mejor aliado de Thibaut Courtois y la franja defensiva, a los que permitía la salida limpia y sencilla del balón incrustándose entre ellos. Tchouameni es lo opuesto de todo eso, y sin Kroos, se evidencia.

Tchouameni

Ante el Valladolid y su descarado repliegue, el Madrid adoleció de falta de ritmo, previsibilidad, nula creatividad e incluso movilidad. En lo personal, los cambios de juego del galo resultaron tan escasos como infructuosos, así como su participación en los intentos de desmantelación de las líneas blanquivioletas; esperar la filtración de un pase suyo es una quimera Y no solo eso, sus grandes recursos, como la recuperación de balón, son menores que los de Camavinga, mientras que los otros, el juego aéreo y el disparo de larga distancia, apenas sí aparecen. Y esto no es cosa de un día, los déficits de Tchouameni son evidentes día tras día. 

De ahí que las dudas aparezcan, más que nada porque costó 80 millones de euros y tras tres temporadas en el club no se puede esperar más que su argumento: el complemento de un organizador, que no es Valverde (más un lanzador). Güler sí pueede serlo, pero lo pregunta no es esa, la duda viene con el regreso de Camavinga, que nos hace cavilar si verdaderamente necesita al ex del Mónaco el Madrid o debería darle la medular al turco, al uruguayo y al de Cabinda.