Terrible enfrentamiento en el Madrid ¡por el sustituto de Zidane!
La actitud del equipo en París pone contra las cuerdas a Florentino Pérez y señala como solución la mano dura contra los jugadores
Que ya se esté hablando de sustituir al entrenador de un equipo en septiembre, con solo cuatro partidos disputados de Liga y solo uno de Champions League, parece un disparate. El problema es que este debate se da en el Real Madrid, donde el tiempo es oro, y con un Zinedine Zidane que ya conoce el club, sus necesidades y que viene de hacer uno de los peores finales de temporada de la historia del Real Madrid.
Y eso no es poco. El Madrid hizo el ridículo en París y todas las voces críticas con Zizou que permanecerían acalladas por el presidente, ahora han saltado directamente a la yugular del máximo gestor del club blanco, y lo peor para él es que, por imagen y actitud, no puede defender a su entrenador en base a lo visto desde el arranque liguero y, por supuesto, lo presentado ayer en la capital de Francia.
Y aunque externamente se llama a la calma, ya hay un intenso debate interno en las oficinas del club de Concha Espina. Y a espaldas de Zidane. En este sentido, hay dos facciones bien diferenciadas. Una aboga por mantener a Zidane hasta final de temporada para ver cómo respira y por si fuese capaz de dar la vuelta a la tortilla; la otra, más radical, quiere destituirlo ahora que aún hay tiempo por un gestor nuevo, con carácter y un estilo definido.
En los dos casos hay argumentos de peso. Los primeros piensan que un entrenador debe trabajar con la tranquilidad de verse respaldado y con la posibilidad de planificar el equipo en verano, por lo que, de acuerdo también a una idea de juego más atractiva de cara a la afición más exigente, desean esperar a Zidane y mientras se lanzan a convencer, por este orden, a Jürgen Klopp o Mauricio Pochettino.
Los segundos, por el contrario, tienen claro que táctica y posicionalmente, Zidane está muerto en el Madrid. Los jugadores no creen en su capacidad y ha sembrado demasiadas dudas entre ellos para ser plenamente respaldado. Además, piensan, hace falta mano dura y un estilo hermético, que solo pueden asegurar José Mourinho o Arsene Wegner. En este caso no hay un orden. Gusta de Wegner su mentalidad e idea futbolística, de Mou su carácter ganador.
Y luego está Florentino Pérez, que escucha todas las propuestas y guarda silencio. Aunque no es optimista y lo tiene claro: si tiene que rodar una cabeza, no será la suya.