Todo ha cambiado. ¿Por qué Bale saldrá esta semana del Madrid?

Esta semana ha habido novedades importantes en el caso Gareth Bale. El jugador galés, enrocado en su contrato para no poner facilidades al Real Madrid a la hora de salir del club, (y totalmente legítimo, puesto que el contrato le protege) ha modificado su discurso sutilmente y esto no ha pasado desapercibido en el club blanco.

Hasta la fecha, la posición de Gareth siempre ha sido la misma: afirmar que tenía contrato en vigor y que él estaba contento en el Real Madrid. Y no le faltaba razón, porque ambas cosas eran correctas. Bale tiene dos años más de contrato a razón de 17 millones de euros netos por temporada, lo que le convierten en el jugador mejor pagado de la plantilla. Ello hace que su segunda afirmación también se cumpliese: el jugador estaba encantado en Madrid.

Pero esta semana, en una entrevista realizada al galés, este ha dejado caer que el verano pasado si tuvo intención de salir del club poniendo todas las facilidades del mundo para jugar en la liga china. Bale acusó al Madrid de ser quien impidió entonces su salida. Es cierto que Bale aceptó entonces salir, pero lo que ocurrió en el último momento fue que el equipo chino renunció a pagar por el traspaso y Florentino rompió las negociaciones, ya que no quería “regalar” al internacional galés.

¿Por qué este cambio de discurso del jugador? Parece ser que el entorno de Bale le ha aconsejado buscar una salida a algún equipo que, aunque le pague algo menos, le ofrezca tres o cuatro años de contrato, ya que si agota su periodo en Madrid y está otros dos años sin jugar, nadie apostará por él en verano de 2022. Es por ello que Bale está estudiando las ofertas que llegan por él por primera vez de manera seria y puede que la próxima semana sea la definitiva para que, el que estaba llamado a ser el sucesor de CR7, termine saliendo por la puerta de atrás.

El Madrid, que también es sabedor de esta circunstancia, pondrá muchas más facilidades que el pasado verano para liberarse de un sueldo astronómico para un futbolista que, de quedarse, se pasaría toda la temporada en la grada.