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Tras el "robo" Dovbyk de Roma y De Rossi a Simeone, Atlético Madrid tiene otro apuntado: 38M o nada

Los colchoneros busca rearmar su ataque

Al "Cholo" Simeone le apareció un ladrón de guante blanco por un fichaje y voló por los aires. Ahora, pasado el sacudón ya tiene en claro quién será su 9.

Los cañones de euros del Atlético Madrid apuntan hacia Villarreal con el objetivo de alcanzar a Alexander Sorloth.

Sin embargo, en las oficinas del Metropolitano ya tienen claro lo que les espera: un Villarreal inflexible que se aferra a los 38 millones de su cláusula de rescisión.

De hecho, la postura firme del submarino amarillo había sido la que llevó al Atlético a decantarse por Dovbyk en lugar de por Sorloth, a pesar de que el noruego ofrecía mejores credenciales. Aunque finalmente perdió el duelo por el Pichichi porque apareció Roma y se lo sopló.

Si los colchoneros concretan el arribo del 9, Simeone ya solo pensara en la llegada de su acompañante: un deseo llamado Julián Álvarez.

Cabe recordar que ya en mayo, antes de que terminara LaLiga, los rojiblancos consideraban reforzarse con uno de los dos si, como ocurrió, Memphis y Morata dejaban el club durante el verano.

Cuestión de euros

Con la cláusula de Dovbyk fijada en 40 millones y la de Sorloth en 38, el factor decisivo era que el Girona estaba dispuesto a negociar, mientras que el Villarreal se mantenía firme. Así, los 35 millones más variables que el Atlético logró acordar con el club catalán se convirtieron en una opción mucho más atractiva que pagar a tocateja la cláusula del noruego.

Por eso, la mirada volivó a centrarse en Sorloth, aunque el fichaje de este delantero es un verdadero desafío. Las relaciones entre el Atlético y el Villarreal no fueron históricamente las mejores, y el submarino amarillo también se mostró inflexible cuando Roma y West Ham preguntaron por el noruego: 38 millones o nada.

Así las cosas, una vez que Morata reculó en su decisión de quedarse en el Atlético y comunicó su intención de unirse al Milan, el Atlético se lanzó a por Dovbyk, a pesar de que deportivamente Sorloth era la primera opción. Pero lo que nadie anticipó fue que, con el acuerdo prácticamente cerrado, el representante del ucraniano exigiera comisiones tan elevadas que en el Metropolitano consideraron un chantaje inaceptable.