Xavi Hernández entiende la decepción de Jordi Alba: el Barça no se guarda nada de su despedida
El lateral se fue sin rencor del vestuario azulgrana y ahora disfruta en Miami
Se han hecho publicas las últimas palabras que se dijeron Xavi Hernández y Jordi Alba cuando el defensor anunció en el vestuario que dejaría el equipo. El técnico asumió que el jugador se podía haber sentido decepcionado por alguna de sus decisiones.
El documental ‘Una nueva era’, de Prime Video, recoge lo que ocurrió en las horas previas a que el lateral y el club anunciasen de forma oficial que dejaba el conjunto blaugrana. El 24 de mayo se hizo oficial que uno de los capitanes del equipo abandonaba la entidad después de 11 años. Fue el propio futbolista el que tomó la iniciativa para informar a todos sus compañeros de lo que ocurría.
“Muchas gracias a todos y si alguna vez he perdido un poco los papeles, pues disculpad, ya sabéis cómo soy. Pero creo que al final intento ayudar a todo el mundo y creo que es lo que me llevo”, decía Jordi Alba que cerraba de esta forma una trayectoria como azulgrana en la que los títulos se sucedieron casi sin parar.
Xavi le quiso dedicar unas palabras emotivas a su antiguo compañero en el Barça y en la selección española. Fruto de su entendimiento y calidad llegó el gol de 2-0 que España le metió a Italia en la final de la Eurocopa 2012. El técnico recalcó que para él, el lateral había sido el mejor de la historia del club en esa posición. Indicando además que le sabía mal que alguna de sus decisiones le hubiesen podido decepcionar, pero destacando que no había sido nada personal.
El entrenador azulgrana quiso hacerle saber que las decisiones que ha tenido que tomar son difíciles, sobre todo con amigos. A lo que Alba respondió con buenas palabras y dejando claro que se marchaba del FC Barcelona sin ningún rencor hacia nadie, pese a que había perdido mucho protagonismo en favor de Alejandro Balde en la última temporada.
Conexión especial
Su forma de entenderse con Leo Messi provocó que las defensas rivales tuviesen que modificar su forma de defender al argentino. El desmarque del lateral llegaba siempre en el momento justo en el que su compañero levantaba la cabeza. Después, el centro atrás desde línea de fondo era todo un favor para el diez, que parecía disfrutar de ser capaz de repetir la misma acción partido tras partido pese a que todos la habían visto y querían impedirla.