Xavi y Laporta acorralan a Piqué: situación límite en el Camp Nou

Uno de los grandes mitos actuales del Fútbol Club Barcelona se encuentra en grave peligro. Ningún futbolista es eterno y por mucho balance que uno de los grandes pesos pesados tenga tanto en el vestuario como en el terreno de juego, siempre le acaba llegando su final aunque la afición se resista a aceptarlo. Pasó en el Madrid con iconos como Iker Casillas o Marcelo, en el propio Barça con jugadores como Iniesta, Xavi o Messi… y ahora puede pasar lo mismo con Gerard Piqué.

El central se encuentra expuesto en el punto de mira por varios motivos y su titularidad en el equipo parece más en entredicho que nunca. El rendimiento que ofreció el capitán ya la temporada pasada estuvo lejos del máximo nivel que todo el mundo sabe que puede ofrecer y no estuvo exento de algunas críticas por ello. Las lesiones también aparecieron y es que a sus 35 años de edad es lógico que las molestias físicas comiencen a hacer acto de presencia mucho más a menudo. Su otro gran compañero en la defensa, Eric García, tampoco ayudó a cubrir sus carencias, sino más bien todo lo contrario, y por eso fueron algunos de los grandes señalados del desastre culé el pasado curso.

Gerard Piqué se sigue viendo amenazado e incluso esa sensación está creciendo en estos meses de verano. Xavi Hernández había pedido refuerzos para la defensa y Joan Laporta se ha lanzado al mercado a por ellos sin dudarlo. Tanto es así, que acaban de cerrar el fichaje de Jules Koundé por 50 millones de euros, algo que unido a la incorporación hace ya varias semanas de Andreas Christensen pueden hacer pensar en una nueva pareja titular de centrales.

Pero además no se termina aquí el capítulo y la pesadilla del capitán del Barça. El club no ha saciado todavía su hambre y sigue buscando en el mercado de fichajes nuevas opciones que le permitan dar más fiabilidad a la zaga, y en la agenda están los nombres de Marcos Alonso o especialmente César Azpilicueta. Esto supondría todavía más competencia para Gerard Piqué y verse casi apartado del equipo titular para ver los encuentros desde el banquillo.