“Ya no decides tú, Hazard” Duro palo para el Belga en el Madrid
El belga se da de bruces contra la realidad. Eden está molesto
La situación de Eden Hazard en el Real Madrid parece la historia interminable. Lo que vivirá el internacional belga en las próximas dos semanas es algo que ya ha experimentado en su propia piel varias veces en los últimos 12 meses: alta médica tras superar la lesión, primeros entrenos con el grupo y decidir cual es el partido en el que comenzar a tener minutos para volver a estar al 100%.
Es un camino que tanto Eden como el resto del equipo blanco ya conocen a la perfección. Hazard se lesionó el pasado 29 de septiembre, aunque para suerte del jugador no fue su maltrecho tobillo derecho en esta ocasión el causante, sino una rotura muscular que le mantendría apartado entre tres y cuatro semanas. Pues bien, la fecha que tiene entre ceja y ceja el atacante es la del próximo 24 de octubre, día del clásico frente al Fútbol Club Barcelona.
Para el partido en cuestión tan solo restan dos semanas y en el Madrid no quieren ni oír hablar de precipitación. Están cansados de que Hazard fuerce para volver antes de tiempo y no quieren que esas ansías lleven al bueno de Eden a jugar antes de tiempo, lo que supondría una nueva recaída, impidiendo al jugador salir del horrible bucle en el que está metido desde el mes de noviembre de 2019.
De ahí que el cuerpo médico ya le ha echo saber a Hazard que no se correrá ningún riesgo para llegar al clásico y que más vale ir sobre seguro para poder estar al 100% lo antes posible y ayudar al equipo tanto en LaLiga como en la primera fase de la Champions League. Esto no ha gustado al extremo zurdo, que ha visto como ya ni tan siquiera es él quien decide cuando está listo para volver. En el Madrid se ha perdido esa confianza en el internacional por Bélgica tras varias ocasiones en las que, haciéndole caso, se terminó pagando caro con recaídas que a la postre fueron muy perjudiciales.
“A partir de ahora será el club quien decida y será lo mejor para todos”. Así de tajante se lo han hecho llegar a un Hazard al que no quedará otro remedio más que obedecer. Quizás esta vez le vaya mejor.