Zidane se juega su crédito y algo más en un sitio maldito para él
El Sanchez-Pizjuan es territorio hostil para el Madrid y para su técnico
Esta noche tiene lugar en Sevilla uno de esos partidos que el amante del fútbol no se quiere perder:
El madridista porque su equipo se juega el ponerse de líder en un campeonato que ha empezado con más de una sorpresa para los grandes y en el que está más caro que nunca sacar los tres puntos en cada partido. Anoche, sin ir más lejos, el Barcelona se dejaba todos los puntos en juego en el campo de Los Carmenes, en Granada y el Atlético era incapaz de pasar del empate ante el Celta en su propio estadio.
El sevillano porque vencer al Madrid supondría dar un golpe de autoridad sobre la mesa y mantenerse una jornada más en el liderato, habiendo ganado a todo un Real Madrid (pese a estar en horas bajas) y confirmando que la renovación llevada a cabo por Monchi y Lopetegui ha sido más que acertada.
Y para el aficionado neutro porque este duelo Sevilla - Real Madrid es de los partidos de antes: con mucha tensión, ritmo alto, piques y cuentas pendientes y mucha historia detrás debido a varios años de alta intensidad en duelos memorables.
Entre esos piques está el eterno recelo que gran parte de la afición sevillista guarda a Sergio Ramos tras su salida al Real Madrid hace ya mas de una década. Son muchos los sevillistas que no se lo perdonan al capitán blanco y lo hacen visible cada vez que Ramos pisa el terreno de juego sevillano. El mister del Sevilla, Lopetegui, en su foro interno quiere demostrar a Florentino que se equivocó despidiendo al vasco a las primeras de cambio la temporada pasada. Sergio Reguilón por su parte busca asentarse en el lateral izquierdo del equipo del Nervión y de paso hacer ver a Zidane y a la afición madridista que es más que válido para jugar en esa posición en el Real Madrid.
En definitiva, todo esto en 90 minutos y por si fuera poco el crédito de Zidane que sigue bajando y que si no recibe puntos en forma de victorias seguirá en caída libre, lo que supondría un cambio en el banquillo merengue antes de que llegue el frío a la capital española.