Liquidado en LaLiga como James Rodríguez o Isco, el talento brasileño seguirá a Firmino y Gerrard

Una de las causas que sumergieron al FC Barcelona en la peor crisis económica de su historia fue el fichaje de Philippe Coutinho. Josep María Bartomeu pagó más de 130 millones de euros por el fichaje del talentoso crack brasileño, quien venía de ser una estrella de la Premier League, pero las lesiones lastraron su estancia en la Ciudad Condal hasta límites inimaginables. 

Lejos de mostrar esa versión tan deslumbrante que enamoró durante su etapa en el Liverpool, Coutinho se convirtió en un quebradero de cabeza a las primeras de cambio. Al igual que sucedió con otros futbolistas de sus mismas características como Isco Alarcón o James Rodríguez, el carioca no gozó del protagonismo que muchos presuponían que podría convertirle en uno de los mejores jugadores del mundo y su paso por LaLiga estuvo marcado por su estrepitosa irregularidad.

Fruto de ello, el Barça no tuvo otro remedio que buscar diferentes destinos para el futbolista brasileño, aunque el club no logró deshacerse de Coutinho de forma definitiva hasta el verano pasado, momento en el que el Aston Villa decidió poner 15 millones sobre la mesa para cerrar el acuerdo.

Sin embargo, sus prestaciones en el club inglés tampoco han sido gratificantes y ahora, con Unai Emery en el equipo, Philippe Coutinho es consciente de que no dispone de opciones de ser importante en un proyecto que se encuentra en pleno auge.

Una vía de futuro

Por ello, el jugador está comenzando a ver con buenos ojos la posibilidad de incorporarse al Al-Ahly, club que recientemente se ha hecho con los servicios de un amigo suyo como Roberto Firmino y que ha nombrado como director de orquesta del proyecto a Steven Gerrard, con quien curiosamente Coutinho compartió vestuario durante dos temporadas en Anfield antes de que el inglés, ya en la curva descendente de su carrera, pusiera tierra de por medio para aterrizar en la MLS manos de Los Ángeles Galaxy.