Despreciado y ninguneado por Luis Enrique en París y como Mbappé, la leyenda madridista se despide

El guardameta costarricense ha anunciado su adiós definitivo del PSG

Despreciado y ninguneado por Luis Enrique en París y como Mbappé, la leyenda madridista se despide

Pese a la condición de proyecto serio y multimillonario, el PSG siempre ha tenido un gran problema en su plantilla. Donde la demarcación de portero nunca ha contado con la estabilidad necesaria en un club de primer nivel. En este sentido, los parisinos ficharon, en 2019 para conseguir una estabilidad que, pronto, se encargaron de arruinar con el posterior fichaje de Donnarumma dos años después y tras haber llegado a la final de Champions de la mano del tico.

Ahora, cinco años después de la llegada de Keylor a la capital francesa y tras haber sido completamente olvidado por Luis Enrique que fichó a Arnau Tenas para relegar al costarricense al puesto de tercer portero, llega el momento de su despedida del PSG y del fútbol de máximo nivel europeo. Pues, todo apunta a que Navas deberá dar un paso atrás si quiere ser una pieza importante.

Adiós con Mbappé y destino incierto

La semana del PSG viene marcada por las varias despedidas que han copado la actualidad parisina, pues si primero fue el de Bondy que anunció que dejaría el club al final de temporada, ahora ha sido el turno de Keylor Navas, que tampoco dejará ni un euro a las arcas del PSG al salir como agente libre.

Sin embargo, a diferencia de Mbappé, el futuro de Keylor está mucho menos claro. Pues, si lo que busca es un puesto de titular, el tico deberá buscar en equipos de un segundo nivel europeo, ya que, a su edad y pese a su gran historial en Champions, habiendo ganado tres seguidas como madridista, parece realmente complicado que un equipo de primera línea le dé las llaves de su portería a un jugador de 37 años que viene de una temporada prácticamente en blanco.

Así pues, se confirma el final de la trayectoria de Keylor en el PSG, donde en un año, pasó de llevar a los suyos hasta su primera y única final de Champions, a ser completamente olvidado y ninguneado por la llegada de un Donnarumma que no ha convencido a nadie en París.