La salida de Mbappé traerá una dura y última consecuencia: jugarreta final de Nasser Al-Khelaïfi
El PSG tiene decidido que no habrá más trato de favor con el entorno del francés
La salida definitiva de Kylian Mbappé del PSG ha marcado un antes y un después en la relación entre el conjunto parisino y su estrella. Si antes todo lo que pidiera el de Bondy le iba a ser concedido, ahora, con su salida ya anunciada, Nasser Al-Khelaïfi tiene claro que ese trato de favor con el jugador y su entorno se ha acabado. Es por esto que, como cuentan en RMC Sport, no piensan dar más oportunidades a Ethan Mbappé.
Pese a que a principios de temporada desde el conjunto francés ya habían comenzado a entablar las primeras conversaciones para ampliar el contrato del menor de los Mbappé, la realidad es que, tras el anuncio del adiós de Kylian, no hay ningún interés por parte de los parisinos a la hora de mantener a un jugador, cuyo nivel no corresponde al de un equipo como el PSG.
De trato de favor a una cruda venganza
Hace años que Nasser Al-Khelaïfi ha demostrado que no se puede jugar con su equipo, pues a la mínima oportunidad la venganza es terrible. Muy bien lo sabe el Barça, que en 2017 fue a París para llevarse a Verratti y acabó sin Neymar. En este caso, Mbappé optó por dejar plantado al PSG y estos optaron por dejar tirado a su hermano, dejando claro que su presencia en el equipo solamente era tener contento a Kylian.
Sin embargo, pese a no ser un jugador de nivel para competir en equipos de Champions League, desde el citado medio cuentan que a Ethan Mbappé no le van a faltar las ofertas. El mediocentro francés interesa a varios conjuntos de Alemania y de Francia y su futuro en el fútbol profesional no corre peligro pese a salir del PSG.
Así pues, Nasser Al-Khelaïfi ha vuelto a tomarse la justicia por su cuenta y ha ejecutado la jugarreta definitiva contra Kylian Mbappé y todo su entorno, una decisión que parece totalmente instrumentada para dejar claro que en el PSG se acabó eso de dar un trato preferencial al de Bondy, si no que será un jugador más sin poder ni voz para la directiva parisina.